Se sentían atrapadas, tiesas,
estaban como adormiladas
dentro de un viejo libro,
que era su cuna y su féretro.
Una mañana, un lector,
un habitante de bibliotecas,
lo olvidó sobre la mesa,
con sus páginas mirando el techo.
Las atribuladas palabras,
se observaron entre ellas,
y sin necesidad de decir nada
se agolparon para iniciar el vuelo.
Una a una, se fueron desarmando,
amaban dar forma a un libro,
pero deseaban vivir solas
y experimentar la libertad por un tiempo.
Se mimetizaron en hermosas mariposas,
y buscaron al cielo como un sosiego.
O tal vez, deseaban compartir,
la historia que en aquel libro
estaba plasmada para otras almas.
Y hoy están volando, exultantes,
vagando por el espacio,
tan vasto y tan infinito,
al que percibieron como su casa.
El libro se quedó anonadado,
sus protagonistas salieron de gira,
sus amadas letras se marcharon
y hoy yace con sus páginas vacías.
Ahora está pensando,
en planear su fuga,
y en imitarlas algún día.
Será, cuando otro lector disipado,
lo deje abierto y olvidado.
Y llegará la oportunidad propicia,
para reencontrarse con sus letras
en algún lugar del espacio
tan inconmensurable y tan vasto.
Viviana Laura Castagno Fuentes
y en imitarlas algún día.
Será, cuando otro lector disipado,
lo deje abierto y olvidado.
Y llegará la oportunidad propicia,
para reencontrarse con sus letras
en algún lugar del espacio
tan inconmensurable y tan vasto.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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