Vivir con prejuicios
es encarcelar a la mente,
impedir su vuelo sublime
segar sus alas para siempre.
Es soterrar a las aves
creadas para ser libres,
condenarlas a la condena
de una prisión inexplicable.
Vivir con prejuicios
es poner cerrojos prietos,
otorgar cadena perpetua
a los dúctiles pensamientos.
La mente es creatividad siempre,
no debería asilar a los dogmas,
es caminar con pesados grilletes
que a las almas enmudecen.
Los prejuicios cancelan todo,
nos detienen cual raíz a la tierra,
nos impiden ver praderas fértiles
mutan flores bellas, por maleza tiesa.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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