Cuando soplan vientos turbulentos
que hasta mis huesos congelan,
intento evadir la embestida
observando a las trémulas hojas
que vencidas y resignadas caen.
Y camino sobre el pasto
que cobija a unas bellas florecillas
rosas, amarillas, celestes,
desafiantes ellas, con todo en contra
son un paradigma del estoicismo.
También viajo hasta mi inefable río,
mi viejo confidente, mi amigo,
el contenedor de mis lágrimas
sabe escuchar como nadie
todo lo que le transmito
aun cuando el hierático viento
intenta interrumpir lo nuestro
agitando las aguas,
pero fracasa en el intento.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















