No espero nada
de nadie,
sino de mí solamente
me fue enseñando la vida.
Pero con la natura
la relación cambia
radicalmente diría
y de ella sí, aguardo todo.
Ella que sobre espectáculos
es una magistral experta,
logra deslumbrarme
cada amanecer con sus actos.
Si hasta un árbol
que segó un impetuoso viento
sus macilentas ramas ofrenda,
no atesora nada para el mañana.
¿Y el río?
Es mi paradigma perfecto,
sabe él cuando escalar barrancos
pero también cuando estar manso
y mimar cada centímetro
de la arena lánguida.
No espero nada
de nadie,
excepto...
lo que con magnanimidad
nos obsequia todo el tiempo
la incomparable natura.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















