—Siempre regresas—
parece que el camino
tuviese marcada mis huellas
y tu orientación facilitara.
Admiro tu percepción,
—porque soy una nómade—
y me muevo de lugar
pero me encuentras.
Regresas,
—así, abruptamente—
sin avisar siquiera
y al cielo todo
de nubes ominosas
lo despejas.
Si hasta despiertas
al jardín,
que tiene a sus reinas
—opacadas y ausentes—
porque los fríos
las entumecieron.
Conmocionas todo,
—eres como un vendaval—
cuando a la prolijidad
altera y desordena.
Regresas,
—siempre regresas—
porque en realidad
—no te has ido—,
aunque a veces la ausencia
se empecine
en desorientarme,
pero a mi alma
no logrará
confundirla nunca.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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