Después de atravesar
inviernos tan gélidos
que a mi piel laceraron.
Después de mirar
otros amaneceres
en otros cielos.
Después de disfrutar
fragancias y texturas
en otros vergeles.
Después de observar a la luna
bañarse en el río
mientras se fragmenta.
Después de todo eso
y mucho más todavía,
llegué a una conclusión.
He comprendido
con gran contundencia
que tu recuerdo
tu recuerdo...
ya no duele.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















