El amor fenece
porque no hay anclaje,
es un navío sin puerto
sin timonel ni derrotero.
El amor se muere
cuando la mentira
contamina todo
y sin piedad lo asfixia.
El amor posee
gran sabiduría
aun macilento, aun moribundo,
hacia la libertad nos acompaña.
Al amor lo fagocita
la repetición, el deslustre,
se apagan todos sus brillos
y en un segundo se volatiliza.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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