Continúa
la tarea compleja
que comenzó hace dos años
y está inconclusa
y seguirá estando,
porque me propuse siempre
no precipitar nada.
Siento tus manos todavía
perdiendo su calor
entre las mías
mientras intentaba abrigarte
con una manta
para espantar a la muerte.
—Es tan natural morirse—
dijiste con tu voz
entrecortada,
supiste siempre
que tu viaje se acababa
aunque dentro de mí
pugnaba con desesperación
por arrancarte de sus
fauces.
Continúa
la tarea compleja
que comenzó hace dos años,
y demandará lo que
demande
nada precipitaré
porque jamás, jamás...
enmudeceré a mi alma,
sería un dislate
una incongruencia
—me mentiría— y sabes
que de las mentiras
soy una enemiga acérrima.
Viviana Laura Castagno Fuentes


















