Miro y miro,
me pierdo en el cielo
mientras lo escudriño
apartando a las nubes
que al sol lo esconden.
Miro a mi árbol
devenido en cadáver,
han hecho una masacre
mutilaron sus brazos,
su sombra, su alma.
Miro a unas florecillas
que tímidamente asoman
entre el césped generoso
que con impecable donaire
les ofrece contención y amparo.
Miro los cambios
tan sutiles pero contundentes
el verde cedió su espacio
a los ocres, los dorados,
los tonos que ama el otoño.
Miro mientras pienso
¿No es un milagro todo?,
aunque por acostumbramiento
un árbol sea solo un árbol
y por ello sin piedad
su vida brutalmente segaron.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















