Cuando transcurre la vida, inexorablemente, llegan los aprendizajes y te das cuenta, que no siempre hay reciprocidad en las relaciones, entregas todo sin ambages ni límites y te quedas vacía.
Y no hay devolución alguna, tu alma desborda generosidad niña, pero se da de bruces todo el tiempo.
Y es inevitable que surjan preguntas, porque definitivamente no comprendes, has sido un paradigma sobre entregas, pero la vida tenía otros planes para ti niña incauta.
¿Quién no posee en su biblioteca libros vetustos, con tapas ajadas y páginas que amarillean?
Y sigues comprendiendo, disciernes: tendrán conflictos irresueltos, por eso sus actitudes tan esquivas y ausentes.
Pero todo tiene sus límites, y cuando hay maldad niña, debes alejarte, cuando reina la maledicencia, huelgan las justificaciones. No respondas nunca, entrega todo al universo para que actúe, no son tus potestades, son ajenas.
Preserva tu génesis candorosa, cruza hacia la vereda de enfrente, el sol está allí aguardando, para reconfortarte y tal vez encuentres al alma que tu alma con intuición prístina, estaba aguardando.
Viviana Laura Castagno Fuentes

No hay comentarios.:
Publicar un comentario