Y fuimos tanto amor,
una tenue y sutil mixtura
entre lo prohibido y lo autorizado,
una historia para perpetuar en un libro,
éramos ese espejo perfecto
donde también podían mirarse otros.
Y fuimos tanto amor,
porque tanto fuimos,
dos almas afines cohesionadas
que en el inefable camino de la vida
un día inesperado coincidieron,
para convertir en límite al cielo diáfano.
Y fuimos tanto amor,
dos hogueras que supieron encenderse
aun distantes, aun ausentes,
pero con la impronta indiscutible
que solamente dos amantes
lograban desdibujar los límites impuestos.
Y fuimos tanto amor,
suaves brisas a veces,
pero también procelosas tormentas,
valles fértiles y escarpadas montañas,
niñas caprichosas jugando a ser mujeres
mujeres amorosas con alma de niñas.
Y fuimos tanto amor,
supimos trascender lo intrascendente,
erigimos nuestros sueños tan deseados
cual arquitectas prodigiosas,
construimos castillos entre prímulas
y en ellos ambas nos sosteníamos.
Pero, un día habló la vida
y vaya que fue contundente,
nos conminó a transmutar sentimientos
antes fuego ardiente, en apacible leña,
regresó nuestra barca a aguas calmas
y hoy somos dos almas amorosas
mutadas a amistad profunda y sempiterna.
Y fuimos tanto... Amor.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















