Me pregunto muchas veces
aunque las respuestas no llegan:
¿Hacia dónde van a morir
los sueños que no fueron?
¿Buscarán la sutil intimidad
entre los espacios abisales
de un piélago con aguas calmas,
donde ahogar el dolor de no haber sido?
¿O volarán tal vez sin ser vistos,
sobre las alas de un colibrí iridiscente
mientras liba las corolas fragantes
de las glicinas en primavera renacidas?
¿Y si eligen permanecer en silencio,
justo en el límite entre tu osadía
y mis temores, que de tan viejos
son un remedo porque ya no asustan?
¿Hacia dónde van a morir
los sueños que no fueron?
¿Hacia dónde van a morir
los sueños que no fueron?
¿Buscarán la sutil intimidad
entre los espacios abisales
de un piélago con aguas calmas,
donde ahogar el dolor de no haber sido?
¿O volarán tal vez sin ser vistos,
sobre las alas de un colibrí iridiscente
mientras liba las corolas fragantes
de las glicinas en primavera renacidas?
¿Y si eligen permanecer en silencio,
justo en el límite entre tu osadía
y mis temores, que de tan viejos
son un remedo porque ya no asustan?
¿Hacia dónde van a morir
los sueños que no fueron?
¿Se ocultarán tal vez entre las nubes
y volverán un día mimetizados en lluvia
mientras sacian la sed acumulada
de tierras áridas que los aguardan?
¿Hacia dónde van a morir
los sueños que no fueron?
¿Hacia dónde van a morir
los sueños que no fueron?
Ellos eran el sustento perfecto,
y fenecieron, sin despertar siquiera.
Viviana Laura Castagno Fuentes
y fenecieron, sin despertar siquiera.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















