Todo es transitorio
en nuestro viaje,
todo son etapas,
aunque cueste asumirlo,
hoy estamos, no sabemos mañana.
Somos lo efímero,
luces que se encienden
y que también se apagan,
somos células muriendo
por millones, segundo a segundo.
Somos alma, haciendo un viaje,
huéspedes, dentro de un cuerpo,
a edificarla con amores vinimos,
y a vaciarla de sentimientos
que la empequeñecen y sofocan.
Somos caminos sinuosos,
con abruptas bifurcaciones,
lo rectilíneo es para la geometría,
la vida nos levanta montañas,
donde veíamos una suave planicie.
Todo es transitorio, todo cambia.
La natura nos enseña cada día,
con sus soles y sus lunas,
con sus luces y sombras,
con sus maravillosas estaciones,
cada una posee peculiaridades
y los cambios son lo constante.
¿Por qué nos resistimos entonces
a lo inevitable?
Los cambios y la muerte,
son la única certeza que tenemos
y aún así insistimos en negarlo,
por ello la mejor docente
nos enseña con los ciclos naturales
para que en ellos abrevemos.
¿Por qué negamos tanto,
será porque aceptar nos duele?
¿Será por eso nuestra resistencia?
Viviana Laura Castagno Fuentes


















