Ellas, dos niñas felices, plenas,
un libro mágico les propicia
un viaje único y apasionante,
junto a una rata dientuda
que es la protagonista.
Saben sobre largas siestas,
en el pequeño pueblo que habitan,
hay que respetar a los adultos,
el descanso enmudece sus risas.
Un espléndido árbol de moras
es el perfecto escenario,
está silente aguardándolas,
ofrece sus ramas robustas
para sus intrépidas travesuras.
Las unió la vida, la década,
la consanguinidad sobre todo,
la edad no importaba mucho,
porque la complicidad se imponía.
Primas hermanas por vínculos
intensos, amorosos, genuinos,
sentimientos inexpugnables,
construidos en el día a día.
Pero, el destino luego, jugó su juego,
la separación física era inevitable,
pasaron los años, varias primaveras,
y aún sigue incólume aquel nexo
tan presente como impertérrito.
Primas hermanas ellas,
pero mucho más todavía,
cuando en el alma se anudan
lazos inefables e indestructibles.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Dedicada con Amor a : Marta Mendiburu de Lens