No digas que me conoces,
porque nadie sabe
quién soy realmente.
Tú ves mi superficie
solamente
y justamente allí,
allí no hay nada.
Moro en las profundidades,
en espacios abisales
donde la luz es tenue.
Eludo la repetición
agotadora
de lo cotidiano y harto
conocido,
soy amante de los cambios.
Busco los susurros exquisitos
huyo de todo lo vacuo
porque a otras voces
entumece.
Si no has percibido
lo que me agrada o
desagrada
de la vida, no digas
que me conoces.
Es una osadía, hasta una
improcedencia diría,
porque a veces, en mis
infinitos laberintos
hasta yo... me pierdo.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















