Querido amigo:
—Tenemos un amor inacabado—
regresé por un año y medio
—septiembre del dos mil veinte—
observé tus cambios naturales
y otros vagos e incomprensibles.
Deseo hacerte una pregunta
—no es una improcedencia—
menos una irreverencia y lo sabes,
pero algo capturó mi atención
evadieron responder mi inquietud
y jamás comprendí la causa.
No había nadie en tus aguas,
tu zona balnearia languidecía
y la desidia te había abducido
—como intentando disuadir—
a quienes deseábamos tanto
disfrutar de tus magnificencias.
¿Qué te sucedía amigo?
¿Acaso estabas convaleciente
y ante mis inquisidoras preguntas
la evasión era la única certeza?
¿Por qué el silencio masivo
ante mi zozobra espontánea?
Transcurrieron cuatro años
—parece que fue ayer nomás—
y aún vagan en mí preguntas
que seguirán huérfanas —presumo—
sin respuestas verosímiles
y bajo un manto de mentiras.
Eres mi río amado e inolvidable
—será así hasta que fenezca—
mi alma capta —o intuye al menos—
que tus aguas amigo mío
—tus aguas estaban enfermas—
y decidieron menguar mi angustia.
¿Habrá sido ese el argumento
para un mutismo acordado?
Poesía dedicada al majestuoso "RÍO URUGUAY" que besa la margen este de la "Ciudad de Monte Caseros"- Provincia de Corrientes - Argentina 🇦🇷
Viviana Laura Castagno Fuentes