Hay días estancos, difíciles,
las montañas lloran
lágrimas de rocas,
nos bloquean los caminos
y la salida nos dificultan.
Son días complejos, arteros,
sentimos que nos invadió el afuera
intoxicando una paz consolidada
y las piezas ordenadas
cual tablero de ajedrez
nos bloquean los caminos
y la salida nos dificultan.
Son días complejos, arteros,
sentimos que nos invadió el afuera
intoxicando una paz consolidada
y las piezas ordenadas
cual tablero de ajedrez
yacen ahora, desperdigadas.
Pero, a pesar de ese amasijo,
surge una fuerza que no conocíamos
comienza a organizar nuestro caos
y descubrimos una fortaleza
que sin estímulo externo
hubiese permanecido dormida.
Es la vida, tan impetuosa ella,
es pedagógica hasta cuando nos demuele.
Pero, a pesar de ese amasijo,
surge una fuerza que no conocíamos
comienza a organizar nuestro caos
y descubrimos una fortaleza
que sin estímulo externo
hubiese permanecido dormida.
Es la vida, tan impetuosa ella,
es pedagógica hasta cuando nos demuele.
Nada, nada de lo acontecido
pasa sin modificar algo,
cambiamos, con anestesia o sin ella,
es la vida, no hay fórmulas,
continuar es la única salida.
Viviana Laura Castagno Fuentes


















