Te he observado, durante años.
Recostaste tu cuerpo recién estrenado
sobre un muro que lo amparaba
y tendiste con generosidad infinita,
tus ramas pródigas, como un abrazo.
Poseías una belleza inigualable,
tus hojas verdes e intensas
brillaban cuando el sol las miraba,
y trepaban cada día hacia un cielo
que parecía aguardarlas.
En las primaveras, vestías de gala,
ramilletes de flores delicadas
cubrían tu follaje abigarrado
y debajo de un sutil manto fucsia,
por unos días, desaparecías.
Eras tan hermosa, imponías tu estilo.
Y hoy, parece una pesadilla todo,
te han mutilado sin piedad alguna
y yaces en un suelo que es tu féretro,
hubo una decisión incomprensible,
que te ha desgarrado de aquel muro.
Solo albergo una esperanza tenue,
y es, que cuando lleguen nuevos ciclos,
de tu lúgubre silueta hoy mustia,
renazcan otros brotes, otros verdores,
y vuelvas a abrazar a quién te amparaba.
Viviana Laura Castagno Fuentes

No hay comentarios.:
Publicar un comentario