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sábado, 30 de noviembre de 2019

LLEGAR TARDE A TODO Y A TODOS



La observaba desde la distancia, estaba sentada en su sillón, debajo de la galería que rodeaba gran parte de la casa con su inequívoca impronta estilo italiano.

Miraba hacia la lejanía y eso no era buen augurio, porque era muy hábil para entablar diálogos con quién fuese, siempre había un tema al alcance y tenía una verba innata y única.

-¿Sucede algo?- le pregunté.

-Nada - respondió, pero por supuesto no creí, algo estaba pergeñando su mente tan ágil.

-Sí - me dijo luego, en realidad no deseaba fastidiarte solamente con mis temas de la vejez.

-¿Sabes ? -acotó -hoy estoy sintiendo que he llegado tarde a todo y a todos.

-Preferí dejar que fluyera sola, que emancipara a sus sentimientos.

-Llegué tarde a la estación, cuando el tren partía y en el andén me quedaba, escuchando las risas que se alejaban, mientras todo desaparecía a la distancia y mis maletas con lágrimas fueron mi única compañía.

Llegué tarde a la playa, cuando mi manso río sus aguas retiraba y mis huellas fueron testigo mudo que la arena guardó por un momento, hasta que una suave marea las desdibujó.

Llegué tarde al reparo de los estoicos plátanos, cuando su sombra proyectaban, porque se apresuró el otoño y los desnudó sin piedad alguna.

Llegué tarde hija a unos labios que se quedaron sin besos, porque ya habían besado y allí no estuve para disfrutarlos.

Llegué tarde al jardín, no logré inhalar el aroma de mis flores predilectas, un invierno pertinaz se precipitó y de ellas solo sus tallos quedaron.

-Pero - y me interrumpió.

-No hija - no existen excusas, llegar tarde a todo y a todos fue mi responsabilidad, no existe nadie más, excepto yo.
Creí que las situaciones se repetirían, que habría segundas oportunidades, pero la vida no nos ofrece segundas vueltas, es el ahora no hay mañana.

-Y decidí no agregar nada, era improcedente, estaba asumiendo sus materias adeudadas en la travesía de su vida.

Quedamos ambas calladas y mirando hacia un jardín que con bellísimas camelias se había engalanado -como en un gesto de amorosa complicidad-.

Tal vez, la vida le estaba obsequiando una oportunidad, la última, para que a sus amadas flores pudiese celebrarlas, antes que otro invierno se precipitara y otra vez llegara tarde a todo y a todos.

Viviana Laura Castagno Fuentes

jueves, 28 de noviembre de 2019

OTRA VEZ, NO



Y logré al fin, desalojé a los dolores apoltronados,
les cancelé la comodidad en que habitaban,
los invité a partir, hasta las maletas les tenía preparadas.

Y partieron, pero aunque una contrariedad parezca,
han dejado un vacío, algo me falta muy dentro
y no logro encontrar las respuestas atinadas.

¿Por qué me acostumbré a asilar dolores viejos?

Somos una amalgama de complejidades los humanos,
hasta ayer nomás, clamaba por excarcelar dolores anquilosados,
hoy no están, pero hasta diría que los extraño y parece
un galimatías lo expresado.

Deseaba tanto un espacio para que nuevas emociones ingresen
 y despabilen a amorosos moradores que estaban aguardando 
desde hace mucho tiempo.

¿Será que me asustaron los cambios,
que a dolores y angustias viejas me había adaptado?

¡No, no puede suceder lo mismo otra vez, no puede ser!

Mi vida es un historial  ingente sobre miedos sempiternos
y emociones nuevas, lidiando entre ellos, es una batalla diaria,
no deberían sepultar al amor que ha llegado, porque atendieron los miedos
y prefirieron llamar a los viejos moradores porque a ellos se acostumbraron.

¡No, no puede estar sucediendo otra vez, desearía pensar que es un sueño todo!


Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 27 de noviembre de 2019

ERAS UN POEMA



Hoy, recorriendo las bellísimas calles del barrio de Núñez,
volvió a aparecer tu recuerdo, aunque jamás se había ido,
pero fue diferente esta vez, presentí que junto a mí caminabas.
Y está tan hermoso, la calle paroissien, es un túnel vegetal,
sus elegantes plátanos desafían al cielo, mientras abajo,
sus troncos robustos, les confieren la fortaleza que necesitan.
Todo ha cambiado mucho desde tu partida, nada es lo mismo,
la plaza Balcarce, donde nuestra niñez estrenó algarabías y juegos,
está tan hermosa, hay coníferas y diversas especies que son un deleite.
Amo imaginar que en alguno de sus bancos estamos sentadas,
manteniendo nuestros diálogos tan ricos, tan genuinos,
porque de ternuras holgaban, porque eras amor abuela, amor.
Hoy, tu recuerdo es mi sustento cuando arrecian tempestades,
los convoco de a uno y en ellos el reparo se aposenta, es magia te aseguro.
Porque has sido magia, todo lo que tocabas lo mejorabas con creces,
si hasta un desayuno era una fiesta y un café era un poema.
Sí, un poema decías, por todo lo que te agradaba, tus plantas por ejemplo
eran poemas, formaban cascadas bien ordenadas y se derramaban en la galería.
Hoy, caminando por las calles del barrio de Núñez, regresaste nuevamente,
es que sabe a ti, huelo tu perfume, escucho todavía tus carcajadas tan espontáneas
y mientras mi mente divagaba -tu presencia, aun ausente- junto a mí estuvo.
La abuela, la maestra, la docente de antes, la que su profesión enaltecía,
la amorosa madre de ocho hijos, la que prohijaba a los desvalidos,
aun vive, porque jamás mueren las almas nobles como la tuya.
Hoy, recorriendo las calles de Núñez, estuvimos juntas nuevamente.

Viviana Laura Castagno Fuentes

LOS TIMADORES

                       

Hay dolores, que por vetustos, ya son amigos casi;
pero existen otros, que en las profundidades moran,
son los dolores tercos, unos timadores profesionales,
que se apoltronaron y en la comodidad medran.

Busco emanciparlos,
invaden lugares íntimos,
que tienen a otros moradores amorosos aguardando
y por astutos, porque cómodos se sienten,
se convirtieron en usurpadores innecesarios.

Si hasta las barrancas del río manso he viajado,
intenté que desde lo alto  
rápido se deslicen
para que las aguas límpidas los conduzcan
hasta las arenas blancas 
y allí sepultarlos.

Pero he fracasado
fue vano el intento,
están acostumbrados a mí
los invasivos
y no han comprendido todavía, por tozudos,
que a ellos 
no me acostumbraré nunca.

Viviana Laura Castagno Fuentes




CONVIVENCIA

  
Cuida a la flor, no la mutiles,
si de su planta la arrebatas,
habrá lágrimas, que en gotas 
de rocío, viajarán mimetizadas.

¿Por qué el empecinamiento?
Para que en jarrones impersonales
que el ego humano ha impuesto
tenga su vida sentenciada ¿Para eso?

Porque no solo una vida mutilas, son muchas,
privas a los poetas, por ejemplo,
ellas son sus musas privilegiadas,
la inspiración se entumece, huye,
por una acción incomprensible y egoísta.

Ella será flor una etapa,
para luego transformarse en fruto,
segarás varias vidas valiosas si la cortas,
ella engendra simiente en sus entrañas.

¿Para qué, dime, para satisfacer el ego, para eso? 

Viviana Laura Castagno Fuentes


martes, 26 de noviembre de 2019

EL ÉXODO



Él, posee el alma sensible de poeta,
está vacío, hay un exilio inesperado,
sus letras han partido, sin su anuencia,
y en desnudeces lo han dejado.

¿No es un despojo acaso, un arrebato,
cuando la inspiración enmudece,
sin causas aparentes generando un hueco,
que en las profundidades del alma se siente?

Hay que comprender al poeta,
él sin sus letras no existe, muere,
hay un universo que se paraliza,
cuando ellas sus intersticios abandonan.

Mira, sin mirar hacia la nada,
las busca denodadamente
en el vuelo de las mariposas,
en el perfume de las glicinas
y hasta en el plumaje iridiscente 
de los frágiles colibríes.

¿Cuándo regresarán? - se pregunta-
aunque de preguntas está atosigado,
lo abandonaron sus letras, se fugaron
y no sabe todavía
cuando llegarán de su éxodo.


Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 24 de noviembre de 2019

SE ACABÓ



Comprendí, ha acabado, 
no somos, fuimos,
y entre desasosiegos largos
vivir intento.
No tuvimos tiempo
pasó el invierno, 
la primavera está agonizando
y en días estivales pertinaces
fenecimos amor, fenecimos
y nuestros sueños sucumbieron.
Y eran tantos —porque tanto fuimos—
una amalgama compleja de sentimientos,
una montaña de proyectos truncos
antes de que nuestro universo
junto a sus estrellas colapsara 
y en la nada misma, nos convirtiéramos.
Comprendí, nada hay para explicar,
—cuando el amor se extingue—
no existen artilugios, no existen,
el amor volatilizado nos redujo
a dos esperpentos, dos almas,
que extrañas e inasibles se volvieron.
Fuimos, no somos, ni seremos amor.

Viviana Laura Castagno Fuentes

Y RENACEMOS AL FIN

 

A veces, para evitar al dolor,
presumimos que nada ha sucedido
que todo está igual, como antes,
pero con la negación, lo agigantamos.

Está, como algo incólume y sempiterno,
no hay distracciones válidas, no hay viajes,
podremos dar vueltas mil veces a la tierra,
y nos seguirá, porque viaja con nosotros.

Nos queda una sola opción, aceptarlo,
cuando entendemos su mensaje, 
comienza a menguar la odiosa sensación,
de que los caminos estaban obstaculizados.

Sí, hay alternativa, quitando los óbices,
abriendo nuevos senderos, renaciendo en ellos,
se tornan infinitos los cielos, se aclaran,
el dolor se autoexilió, ganamos esta partida.

Los jardines reverberan ahora,
hasta ayer nomás, todo era mustio,
hoy vergeles magníficos medran,
era el impiadoso dolor
el que apagaba todas sus luces.

Viviana Laura Castagno Fuentes

viernes, 22 de noviembre de 2019

SUS NOSTALGIAS



-Nostalgias- dijo, y sacudió mi entendimiento,
aceleró mi ritmo cardíaco, porque algo dentro de mí,
percibió el impacto inmenso de ese sustantivo,
llegó sin escala alguna hasta el interior más profundo,
donde el alma posee un alojamiento secreto
para hospedar a los sentimientos que nos conmocionan.

¿Por qué me sentí tan identificada con sus nostalgias?;
eran ajenas, le pertenecían a ella, a quién escribió la poesía,
pero produjo una contundente empatía, fue instantánea,
y en las letras de su publicación, estaba también yo,
con mis nostalgias revolucionadas y mi mente en estado de alerta.

¿Qué son los estados nostalgiosos, barcas que navegan sobre aguas que no existen?

¿Son pensamientos haciendo un viaje hacia el pasado,
aun cuando nuestra alma está atenta y disfrutando el presente?

¿O son ambos, mente y alma en complicidad absoluta,
casi abduciéndonos, hacia sitios recónditos y pretéritos?

-Nostalgias- dijo, y confieso que a sus palabras las hice mías,
logró transmitir con bellísima contundencia un amasijo
y entre nostalgias, tristezas, sabores amargos y dulces,
quedé atrapada, sin lograr definir aun y en confusión estoy viviendo.

¿Qué es la nostalgia, será que los recuerdos nos invaden 
y desearíamos revivir momentos donde la felicidad tuvo su anclaje?

-Nostalgias- dijo, y heme aquí intentando balbucear una respuesta que está 
tardando demasiado en llegar o que tal vez no llegará nunca.

Viviana Laura Castagno Fuentes 

jueves, 21 de noviembre de 2019

LOS MIEDOS



Cada amanecer, cuando despierto, imagino que estaré liberada,
pero no despierto sola, no, junto a mí despiertan mis miedos.

Han nacido conmigo creo, fueron hábiles para inmiscuirse,
me dejaron disfrutar una niñez muy plena, fueron astutos,
simularon estar dormidos, para garantizar el disfrute.

Pero en la adolescencia, irrumpieron sin piedad alguna,
se desperezaron conmocionando la paz que habitaba dentro
y con un zarpazo que se sintió en el alma, la paralizaron.

Los miedos, esos intrusos a la fiesta de la vida
sin invitación llegaron, mutando a yermo lo fértil,
durante décadas me intimidaron y ganaron todas las batallas.

¿Qué más desean de mí, si todo se han llevado?

Porque cuando ellos nos amueblan -son huéspedes inesperados-
no quedan intersticios que no demuelan, con todo arrasan.
Son devastadores, se parecen a los desastres naturales,
son huracanes, sismos, inundaciones, feroces tornados,
con una capacidad destructiva inconmensurable.

La diferencia radica, en que los daños naturales, son externos, 
los podemos observar e intervenir en las reconstrucciones,
pero lo que dañan los miedos -es invisible a los ojos- petrifican al alma
y con ella, por temores acuciada, la vida se paraliza y mueren los sueños.

Cada amanecer, conmigo, despiertan los miedos de nuevo,
es una lucha desigual, porque han tomado por asalto cada célula mía,
mi mente intenta lidiar con ellos, los elude, los desaloja,
hasta las maletas están preparadas para enviarlos muy lejos,
porque solamente con ellos afuera y sin posibilidad de retorno alguno,
habré ganado una cruenta guerra, que se empecinó en asesinar mis proyectos todos.

Algún día amanecerá, abriré mis ojos, sentiré liviano al cuerpo y serena al alma,
habrá espacio para el amor, porque sus inhibidores, los invisibles miedos,
yacerán fuera, porque esta vez, los exilié para que nunca más regresen
a desbaratar los sueños, que acaban de resucitar, luego de una muerte muy larga.

Viviana Laura Castagno Fuentes

martes, 19 de noviembre de 2019

NO ...NO HAS PARTIDO

 

Las fotos, esos recuerdos
en imágenes perpetuados,
las de antes, las que hasta aroma tenían,
han sido y serán un gran dolor irresuelto.

Me he preguntado 
una y mil veces
¿Por qué?

Y tardaron las respuestas en llegar,
se han tomado su permiso,
-es porque necesito estar fortalecida-
no puedo mirarlas desarmada.

Y eres tú la razón, solo tú,
no existe nada más, no hay intrigas,
hace décadas te has adelantado,
pero dentro de mí, 
una puerta te espera.

 Cada vez que viajabas
-aguardaba con ansias tu regreso-
sabía que una caja con bombones 
habías comprado especialmente
porque eran mi deleite
y los aguardaba ilusionada.

Por eso, mirar tus fotos,
me necesitan erguida, entera,
y aunque parezca mentira,
aún abro la puerta 
para verte ingresar,
para mí estás aquí, 
no partiste nunca papá.

Viviana Laura Castagno Fuentes

DÉJALA SER ...


Verano, ten calma,
no apresures tus pasos,
ven lento mejor,
pues a mis flores dañas.

Paciencia, es la primavera,
la dueña de mis jardines ahora,
los ha embellecido tanto,
que si los observas, parece un cuadro.

Comprendo tu ansiedad, 
pero deja ser a las reinas,
ellas medran sin apuro alguno,
bajo un cielo diáfano que las cobija.

Pero si te adelantas,
a sus corolas herirás de muerte,
las avejentarás con premura,
y habrá sollozos de angustia.

Verano, tendrás tu época,
y traerás a tus flores predilectas,
pero mientras la primavera reine,
déjala ser, deja ser a su belleza,
por favor, no la secuestres.

Viviana Laura Castagno Fuentes

AMIGOS Y ESCRITORES



¡Estúpido! -dijo él-, todos tenemos miedos,
en este puto mundo en que vivimos,
estamos asediados por ellos, nos han cercado,
por eso escribimos, para sublimar, para mejorarlo,
porque creemos que podemos trascenderlos.

El amigo quedó atónito, desconcertado,
no era natural su vocabulario, le era ajeno,
era muy puntilloso, poseía una verba rica
utilizaba las palabras con gran cuidado,
si hasta parecía un cirujano de las letras.

-Calma amigo -le dijo, no te exasperes,
solo pregunté si tenías miedos, nada más,
porque yo los tengo, a veces logro el control
pero otras siento que en ellos me asfixio,
que en sus procelosas aguas
un náufrago me vuelvo.

-Disculpa -respondió él, 
consciente del exabrupto.

Pero, había que leer entre líneas lo expresado,
no hubo agresión alguna, la amistad era genuina
sucede que se había entrometido la muerte entre ambos,
seis décadas vividas, eran argumento válido para presentirla,
ya no estaba lejos como antes, no era inasible, si hasta la veían casi
y desde allí partieron los miedos para sacudir lo rutinario.

Una vez que retornó la calma, apuraron sus pasos y en silencio prosiguieron con su habitual paseo hasta el lugar que hacía años frecuentaban.

La mesa del viejo café los esperaba, estaba reservada para ambos;
porque  desde hacía décadas, la fuente inspiradora,
anclaba allí a sus musas vistiendo disfraces varios
y ellos sabían que las letras exiliadas volverían.

Porque había versos aguardándolas, para mejorar a una sociedad 
tan prosaica, tan mediocre y con un futuro aciago en ciernes,
ellos intentarían con sus poesías, con sus prosas instalar a la belleza
en un mundo indolente que la había secuestrado.


Viviana Laura Castagno Fuentes

sábado, 16 de noviembre de 2019

CONFIESO: HE PERDIDO



A veces, siento muy dentro de mí,
como si el clima conspirara, porque hoy
una pertinaz lluvia, con cielo ominoso,
tus recuerdos despertaron y estás viva aún,
mentira, nunca te has marchado, sigues en mí.

Conspira el clima, ayudado por cada flor,
cada árbol, por las nubes grises, por el viento,
porque todos ellos traen consigo a tu presencia,
que aun ausente, está, mentira, nunca te has ido,
y lo comunica muy bien, 
hasta en cada gota que se desintegra.

Mentira, creí que el olvido había ganado fácilmente,
pero reconozco que es una batalla perdida...
¿O la guerra tal vez?
Han salido victoriosos los sentimientos de nuevo,
mientras intentaba ahogarlos en el arcón de la memoria,
pero ellos encontraron la llave maestra y te liberaron.

Conspira, debo admitirlo, la natura toda,
 nuestra avecilla está interpretando su sinfonía,
la que tanto disfrutabas, mientras el cielo observábamos.
Perdí, la guerra entera, no pude contra tus recuerdos,
bastó una pertinaz lluvia, para que despertaras de nuevo.

Viviana Laura Castagno Fuentes 

viernes, 15 de noviembre de 2019

ALMA DE LEÑA



Soy un viejo sauce,
antes, mi cuerpo fuerte,
hoy, mi cuerpo débil,
pero aún resistiendo embates.

Atesoro en mis entrañas,
tantas añoranzas, tantas,
he mojado mi larga cabellera
en las aguas mansas de un río
que aún mi vida sostiene.

Los niños retozaban 
sobre mi torcido tronco,
yo les prestaba mis ramas,
y solicitaba al viento, mi cómplice,
que hasta las aguas
los acompañara.

He sido un árbol con bríos,
-cuando joven-
hoy tengo a mis fuerzas tercas,
son débiles mis ramas ahora,
pero seguiré siendo sombra amorosa,
porque es mi esencia,
es lo que desea mi alma de leña.

Viviana Laura Castagno Fuentes

jueves, 14 de noviembre de 2019

VIAJANDO HACIA ELLA



Y vuelven, no deseo a veces,
pero regresan sigilosamente
y desde esa sutil biblioteca 
que el alma ha edificado,
los recuerdos, tímidamente me han llamado.

Recuerdos...
¿Qué son realmente?

¿Serán como un desván, pero no de cosas superfluas,
sino de vivencias pasadas, que nos han modificado
para mejorarnos, para que evolucionemos sin anquilosarnos?

Porque cuando hacia mí vienen, traen a mi infancia entera,
impoluta ella, genuina, inocente y de amores rebosando,
no vienen con rencores, ni resentimientos.

 Ellos vienen munidos de un jardín entero, deslumbrante,
donde hay esplendores tantos y fragancias de glicinas, jazmines, azahares,
con árboles frutales y un vergel magnífico medrando.

¿Pero, por qué me llaman los recuerdos si la vida cotidiana,
con sus complejidades me absorbe y hasta me dispersa a veces?

¿Será por eso justamente, desean que regrese a ellos para regodearme
en esa etapa de la vida donde la felicidad era la dueña absoluta
 y una apoltronada propietaria?

Porque el presente yace incierto, hay nubarrones ominosos,
que en inseguridades y desconciertos me extraviaron
y los recuerdos son sabios -activan una alarma muy dentro-
para que la niñez con su autenticidad y riquezas
me rescate por un rato y se produzca la magia del resarcimiento.

Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 13 de noviembre de 2019

SOY ALMA



Estoy, aunque no me veas,
aunque se esfumen las luces
cuando los ocasos irrumpen
con sus actos magistrales
y otros brillos instalan.

Estoy, no dudes un instante,
aunque el mar se duerma
cuando a las playas desnuda
porque retira sus aguas
para regresar después,
con sus mareas.

Estoy, comprendo tus dudas,
pero búscame siempre
porque me hallarás,
allí donde la natura se manifieste,
cada vez que un avecilla cante
o donde los abetos se mecen.

Estoy, nunca me he ido,
donde haya un pétalo sediento
habrá una gota de rocío saciándolo
y ahí me sentirás
es cuestión de almas.

Búscame donde la bondad anida,
porque donde la malicia... 
nunca me hallarás.

Estoy, no me he ido,
el alma nunca se va.

Viviana Laura Castagno Fuentes

martes, 12 de noviembre de 2019

¿QUÉ HARÍAMOS?



Y si un día no muy lejano, aquí nomás,
podría ser mañana mismo -no atisbáramos luz alguna-
porque ese sol, que descontábamos por soberbia
desplegaría como cada día su espectáculo inigualable durante el alba
-no despertase- y aposentara una larga noche perpetuada.

La realidad nos abatiría, porque la oscuridad estaría eclipsando todo.

¿Qué haríamos?, me pregunto una y mil veces.
¿Qué haríamos?

Porque es una posibilidad en ciernes, día a día hay indicios,
el día no tiene veinticuatro horas, saben a doce o a once ahora,
y se ha minimizado la duración de los tiempos.

El hombre se ha ensañado contra la naturaleza,
ha diezmado todo a su paso, por voracidades ilimitadas
y no consideró las consecuencias, ni las claras advertencias,
un ambicioso proyecto inmobiliario, una represa, dinero fácil,
eran prioridades indiscutibles.

¿Por qué sería la naturaleza?

Y el día tan anunciado, los gritos de la natura ignorados,
eran una mera excusa nada más, habría sol para siempre,
para la capacidad de entendimiento de la estolidez humana.

Pero la noche no cedió paso a la luz, ahora todo es confusión,
reina el caos, miedos que desnudan aparentes calmas,
se caen las máscaras todas y nadie es lo que aparentaba,
de nuevo su majestad la natura, arrebatando la luz toda
-marcó a fuego y con contundencia- dónde está la verdadera importancia.

¿Está en ella, en el universo o en las cajas de seguridad bancarias?

Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 10 de noviembre de 2019

DEPENDIENDO DE ELLAS

   

Pocos te ven y hasta de ti huyen
cuando tu cuerpito acercas
o espantan tu sutil presencia
cuando sobre las lavandas danzas.

Pocos han tomado consciencia
de la importancia que tienes,
sería inviable la vida toda
si tú y tus congéneres desaparecieran.

Criatura única, incides sobre nosotros,
miles de flores libas por día,
para ofrendar tan exquisito producto,
mientras garantizas la propagación
de las especies vegetales, 
sin excepción alguna.

Si serás importante, 
sin ti no habría comida,
y la raza humana,
 junto a todas las especies,
tendríamos una fecha 
de caducidad irreversible.

¡Si hasta tu día mundial has merecido!

¡Y vaya si eres importante!

 Pero los humanos,
tan indolentes, tan soberbios
 y tan ignaros,
ostentan sus vacuas conquistas materiales,
mientras la vida en la tierra depende 
¡De que tú existas abejita laboriosa!

Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 6 de noviembre de 2019

LA NATURA, NUMEN PERFECTO

  

La poesía es depositaria,
casi por excelencia diría,
de palabras que atesoran 
en su seno, a la naturaleza toda.

Cuántas rosas entregadas,
al amor cuando es brasa ardiente,
cuántas lunas elegidas como testigo,
en noches de pleno romanticismo.

Cuántos no me olvides expresados,
y otras nomeolvides ofrendadas;
cuántas higueras, cipreses, olmos viejos
eternizados en bellísimos versos.

Cuántas oscuras golondrinas,
gaviotas, águilas frías, jilgueros cual dioses,
y setenta balcones sin ninguna flor,
son exquisitos referentes poéticos.

Muchas gracias a la natura,
con su  magnanimidad perenne,
embriaga a las letras con beldad única,
es una fuente inagotable para los poetas.

Viviana Laura Castagno Fuentes