Escribir es un grito donde cohabitan el profundo silencio y la absoluta soledad.
Siento que puedo trocar un jardín mustio, con ropaje raído que despojó el invierno, en una primavera prolífica y grácil.
Puedo correr el telón de nubes amenazantes para descubrir un cielo azul profundo y desperezar a la luz de un sol balbuceante.
Es desatar los nudos que atosigan al alma, para liberarla utilizando tan solo palabras sueltas, amalgamadas en frases y también solitarias muchas veces.
Escribir es reinventarme a diario, instalar la paz, la calma, justo allí donde yacen las tribulaciones.
Es pintar colores en los grises, secar lágrimas y pergeñar sonrisas en espacios donde el llanto dejó marcadas sus tozudas huellas.
Es sentir que puedo cautivar los sentimientos y acariciar sensibles almas aunque solo sea por un fugaz instante.
Escribir es ponerle alas al pensamiento, emanciparlo y ayudarlo a emprender el vuelo hacia ignotos universos.
Es definitivamente proponer belleza donde el mundo impone lo prosaico, porque olvidó que para construir nuestra alma a esta vida hemos llegado.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Siento que puedo trocar un jardín mustio, con ropaje raído que despojó el invierno, en una primavera prolífica y grácil.
Puedo correr el telón de nubes amenazantes para descubrir un cielo azul profundo y desperezar a la luz de un sol balbuceante.
Es desatar los nudos que atosigan al alma, para liberarla utilizando tan solo palabras sueltas, amalgamadas en frases y también solitarias muchas veces.
Escribir es reinventarme a diario, instalar la paz, la calma, justo allí donde yacen las tribulaciones.
Es pintar colores en los grises, secar lágrimas y pergeñar sonrisas en espacios donde el llanto dejó marcadas sus tozudas huellas.
Es sentir que puedo cautivar los sentimientos y acariciar sensibles almas aunque solo sea por un fugaz instante.
Escribir es ponerle alas al pensamiento, emanciparlo y ayudarlo a emprender el vuelo hacia ignotos universos.
Es definitivamente proponer belleza donde el mundo impone lo prosaico, porque olvidó que para construir nuestra alma a esta vida hemos llegado.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















