A cierta edad,
tenemos todos
-sin excepción alguna-
heridas abiertas
y cicatrices
nada quedó indemne.
A todos,
nos sorprendieron
—borrascas propias y ajenas—
que sepultó sueños
en el momento justo
en que los despertábamos.
Por ello,
cuando tenemos
—más caminos recorridos—
que los inexplorados,
nos abrigan capas inmensas
de recuerdos vastos.
A cierta edad
no somos los mismos
todos hemos mutado
—por dentro y por fuera—
somos alumnos sempiternos
terminando nuestro viaje
con materias adeudadas.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















