Viento,
posees la fuerza
de un gigante,
pero dime:
¿Dónde ocultas
los brazos
que derribarme intentan?
Viento,
eres ira acumulada
nada queda incólume
ante tus embates.
Viento,
ya no hay olas danzantes
sino murallas de agua,
tu locura, es la del mar ahora.
Viento,
eres un empecinado
te ensañaste con la natura,
hoy sus restos aún yacen
aguardando el ataúd
que guardará lo que ayer...
lo que ayer era vida.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















