Si no tuviese
cada día de mi vida
a la natura
y su versatilidad,
iluminando
cada espacio que oteo
¿Qué sería de mí?
Porque convengamos,
ella es mi inagotable
fuente de inspiración,
—es una eximia instigadora—
acicatea subrepticiamente
a mi numen.
Si no tuviese
cada día de mi vida
a la natura
y su magnificencia,
esparciendo sus dones
¿Qué sería de mí?
Huirían
despavoridas mis letras
y jamás les daría alcance,
—porque la naturaleza—
es el manantial exquisito
donde abrevo día a día
es el poema más sublime
que jamás fue escrito.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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