De aquel pueblo
donde comenzó mi vida
nada queda, nada,
porque todo se ha esfumado.
Podría esgrimir argumentos
miles, pero no deseo,
cuando decidí exiliarme
también decidí que el olvido
era un paso inevitable.
Insistiré una y mil veces:
-a ningún lugar pertenezco-
poseo alas incrustadas
prestas para su despliegue.
Y cuando es timonel el alma
no reconoce fronteras
ni límites internos,
ella es experta en cielos
aunque en la tierra viva.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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