La espera, así expresada,
es siempre una artimaña,
un estado de latencia
con disímiles argumentos.
La espera, es una trampa,
una playa sin sus aguas
una montaña sin valles
un vergel completo sin sus reinas.
La espera detona todo,
aun lo consolidado
cuando mimetizada en ella
viaja la mentira disfrazada.
La espera, una argucia
carente de todo sustento,
mata a las ilusiones todas
mientras desnuda con creces
la precariedad de las almas.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















