No nos mintamos
apelemos a la sinceridad,
cuando el amor se evanece
existen múltiples causas.
No muere el amor
espontáneamente,
antes padeció deslustres,
hubo deterioros inevitables.
También lo desorientó
el hartazgo de la espera,
esa incertidumbre perpetua
que al alma desasosiega.
Él esparció indicios tantos,
cuando en silencio estuvo
y no supimos
o no nos interesó
interpretar su mensaje.
Lo atosigó aguardar
navíos en estanques,
lo apabulló el mutismo
y lo terminó matando
... una insalvable distancia.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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