No guardes nada,
cuida tus silencios
ellos tienden a acumularse
y forman bibliotecas dentro.
Porque, aunque no creas,
tu aparente mutismo
es en sí mismo
una montaña con palabras
aun no expresadas.
Ellas esperan
tu decisión,
para que las liberes
de esa jaula
en la que sufren
su condición de presidiarias.
Cuando por fin
eliges excarcelarlas,
se desmorona la montaña
con palabras asfixiadas
y el alivio se aposenta de nuevo.
Porque...
tuviste siempre la llave
del presidio que edificaste
con tu absurda y nociva
biblioteca de silencios.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















