Muchas veces
callar y no decir nada
nos exime de respuestas.
Muchas veces
hay que llamar al silencio
para eludir a los estériles ruidos.
Muchas veces
es la sonrisa el atajo
que a la salida nos lleva.
Muchas veces
un paraguas es necesario
para que la lluvia no duela.
Muchas veces
hay que suturar las heridas
con los finos hilos de la memoria.
Muchas veces... tanto.
Viviana Laura Castagno Fuentes















