Me arrojo
sin dudas ni miedos
a los brazos generosos
de las reminiscencias,
donde esperan
sin reticencia alguna
los maravillosos prados
que esculpió la primavera
mientras al invierno
con delicadeza insinúa
que su estancia
a su fin ha llegado.
Y es allí donde
estás aguardando
y es allí donde te encuentro
porque permaneces férrea
desplegando tu magia
la misma que sustenta
los declives inevitables
de un presente ambiguo
e inestable que me agobia.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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