SÍGUEME EN MI BLOG

sábado, 14 de diciembre de 2019

ELLAS, UN GRAN AMOR


Estoy enamorada de las palabras,
cada vez que algo garabateo
comienza con ellas un idilio
que de amores profundos
se nutre, porque sin él
definitivamente no existirían.

Juego con ellas, les doy reposo,
pero solamente por un rato,
saben que su destino será una poesía,
o un cuento para niños
o una prosa poética.

Adoro en amor sumergirlas,
pero también son necesarias las otras,
las que tragedias humanas albergan
porque la vida es eso,
un amasijo de luz y oscuridades.

La poesía, escueta, sucinta, sobria,
debe despabilar a almas adormiladas
cuando hay compromisos verdaderos
y los dolores ajenos, también son míos.

Cuántas veces, leemos un libro
y no logramos hallar en sus páginas
una sola frase con la que nos sintamos
identificados o contenidos tal vez,
pero aparece una poesía
y decimos -la escribieron para mí-.

Ella posee el don indiscutible
para plasmar gritos de auxilio,
pero sabe también convertirse
en una interpeladora
ante una humanidad indolente
que viaja hacia un naufragio
aun con una mar
en absoluta paz y calma 

Viviana Laura Castagno Fuentes

CAMBIAMOS TODOS



Cambiamos todos, sin excepción alguna
durante nuestro viaje, es lo inevitable,
quién dice lo contrario, viaja distraído
o en el itinerario se ha anquilosado.

Cambiamos, es natural,
la evolución es el nudo gordiano,
otros por comodidad o pereza mental
cancelan un proceso que debería mejorarnos.

Cambiamos y nos compete a todos,
aun conscientes, aun no, pero somos otros,
ya no los que alguna vez fuimos 
porque al fin y al cabo, para eso nacimos.

Viviana Laura Castagno Fuentes

viernes, 13 de diciembre de 2019

MIS SILENCIOS



Amo el silencio, 
cuando lo escucho
transmite tanto
y la locuacidad vacua
ante su solvencia, languidece.

Amo el silencio,
trae a la plenitud toda,
empotra sentimientos nobles
que del ruido escapan.

Amo el silencio,
convoca a mis musas
ellas calladas viajan
y de la estolidez huyen.

Amo el silencio,
es timonel de mi alma
es su hábitat natural
donde ella se construye.

Amo el silencio,
permite tantas licencias
elude a las multitudes
porque solo confusión aportan.

Viviana Laura Castagno Fuentes

HAY QUE INVENTAR PALABRAS



Faltan palabras, faltan,
—no han sido aún inventadas—
y para expresar sentimientos hondos
hay ausencia de ellas, hay orfandades.

¿Cómo denominar el dolor inasible
cuando un hijo parte, se adelanta,
en este inefable camino de la vida?
¿Cómo hay que definir tanto desgarro
qué palabra existe, si no hay ninguna?

Hay que inventar palabras,
habría que acuñarlas, sin miedos,
—los padres no son huérfanos de hijos—
ellos están sin palabras que los contengan.

Hay que inventar palabras pronto,
para los padres por angustias transidos
es una tragedia que estruja al alma
—es un naufragio en la mar profunda—
porque el destino de ese hijo, era un puerto.

Viviana Laura Castagno Fuentes

RÉQUIEM PARA UN ÁRBOL



Allí estás, allí yaces, languideciendo,
eres un despojo ahora, un moribundo,
un remedo que supo ser árbol, un sueño,
un amoroso "ficus", un cobijo que mutilaron.

Durante décadas medraste sin pausa,
una especie vegetal arbórea exuberante,
tus brazos frondosos se extendían 
asidos a un tronco sólido y robusto.

Se percataron demasiado tarde,
era inevitable que hundirías tus raíces 
invadiendo espacios prohibidos 
y hoy con un despliegue cinematográfico
cercenaron tu imponente cuerpo, amigo.

Cuestiones incomprensibles de los hombres,
los depredadores más brutales que existen,
alguien decretó tu muerte con gran indolencia
y tendido en la vereda, estás agonizando.

Pero, con tus raíces tercas y profundas
no pudieron todavía amigo, no pudieron,
están a la madre tierra con vigor aferradas
y debo confesarte algo - deseo que no puedan-
que no puedan nunca con ellas
mi querido "ficus", mi amigo árbol.

Viviana Laura Castagno Fuentes

jueves, 12 de diciembre de 2019

SI VIENES A MÍ



Si vienes a mí,
ven con verdades ataviada
ya no más con mentiras
las he tolerado por sobria,
pero ya no más,
me han hastiado.

Si vienes a mí,
sabrás que tus ambages 
tendrán selladas las puertas
y también las ventanas
solo verdades ingresan, 
solamente ellas.

Si vienes a mí,
tengo el abrazo presto,
pero lucirás genuina,
no habrá concesiones
porque he abrevado en mi viaje
y las argucias demolieron siempre
aparentes y férreas relaciones.

Si vienes a mí,
ven munida con verdades
o mejor, no vengas.

Viviana Laura Castagno Fuentes

¿CÓMO NO DESPEDIRTE?



¿Cómo no decirte adiós?
sería un dislate de mi parte,
una osadía, casi un atrevimiento,
si para mejorar la vida has llegado.

Iluminaste con esplendores únicos,
los patios, los jardines, las calles,
que había apagado con creces
el implacable invierno,
si hasta la vida 
en los mustios vergeles despertaste.

¿Cómo no decirte adiós, cómo?

Hoy, el tenue calor que trajiste ha mutado,
las flores están agobiadas
se precipitó el verano
-como si intentara exiliarte-.

 Decir adiós a mi estación predilecta 
es como arrancarme el alma,
es un arrebato,
prefiero decirte hasta luego
mi adorable y prolífica primavera.

Viviana Laura Castagno Fuentes

EN FUGA...

          

Cuando la inspiración se aleja,
cuando la orfandad se impone
salgo a buscar a mis musas,
las persigo donde sea, aquí y allá.

Porque cuando las palabras huyen
queda vacía mi mente,
es una playa sin arenas
un mar sin olas
un cielo huérfano de luces
y mi alma yace
en desasosiegos sucumbiendo.

Cuando ello sucede,
hay que salir en su búsqueda,
pueden estar sobre una roca inerte,
trepando junto a una enredadera
algún vetusto y solitario muro 
o viajando quizá sobre una hoja
que desgarró un viento irreverente. 

Mis musas son tan impredecibles, 
logran sumirme entera
en las más profundas desazones 
cuando hacia recónditos lares viajan
o restablecen la vitalidad a mi alma
cuando hacia mí con sigilo regresan.


Viviana Laura Castagno Fuentes

LÁGRIMAS ANQUILOSADAS



Las lágrimas, simbolizan tanto,
llevan adosado muy dentro
huracanes devastadores a veces
o también pueden asilar alegrías quedas.

Las lágrimas, portadoras de emociones,
asistentes con solvencia para exiliar dolores,
manifestaciones naturales, nuestros permisos,
que muchas veces la estolidez humana eclipsa.

Las lágrimas, transportan al pasado todo,
pero también al presente, aunque tácito,
lloramos por tanto, por tantos y todo,
y en cada lágrima emancipada
subrepticiamente, viajamos nosotros.

Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 11 de diciembre de 2019

LA SIESTA

             

Junto al verano, que con bríos ha irrumpido,
anticipándose unos días según el calendario,
también llegan tiempos para la siesta
-esos interregnos tan especiales-
que parecen suspender un rato a la vida.

La siesta, un hábito natural aun en pueblos 
y ciudades del interior, son casi obligatorios,
un paréntesis donde solo el silencio habla,
mientras los soles abrasadores el cielo incendian
y el calor se torna por momentos insoportable.

Cuando niña, la siesta cancelaba todo,
juegos en la vereda, paseos en bicicleta,
había una prohibición 
y los niños debíamos dormir,
porque la sagrada siesta
a los relojes todos detenía.

La siesta, un hábito que continúa 
y un recuerdo que me perturba
porque la detestaba realmente, 
para mí era como convocar
a la muerte por un rato.

Viviana Laura Castagno Fuentes

martes, 10 de diciembre de 2019

ALAS EN EL ALMA

               

Sentía que le incrustaban alas
cada vez que una poesía pergeñaba,
en su universo tan íntimo
por letras habitado 
no cabían mezquindades, ni límites,
tenía al cielo habilitado
y las raíces se esfumaban.

Cuando la magia de la escritura iniciaba
fluía con enorme placidez, 
sus letras eran mariposas
en un vasto y primoroso jardín,
nadie segaba ese refugio
porque ella era su ama.

A sus alas las tenía
adosadas muy dentro
en espacios abisales y secretos
allí donde mora cómodamente
su alma, la dueña absoluta
de su sitio inexpugnable.

Viviana Laura Castagno Fuentes

lunes, 9 de diciembre de 2019

SUS VICISITUDES

 

Bastaba con mirar su rostro
para percibir que sus ojos 
tenían aposentada una catástrofe, 
en la biblioteca de su vida. 

En ellos se derramó el cielo un día,
fue en junio - hace ochenta años- 
eran destellos, eran dos estrellas, 
dos fulgores que encandilaban.

Pero, el derrotero de su viaje, 
fue dejando inevitables huellas,
desazones, soledades, decepciones tantas;
que a su plácida mirada la luz le arrebataron.

Hoy, vive en un presente vacilante,
la cercanía de la muerte es inevitable,
las tribulaciones se tornaron impiadosas,
y todo está allí, en esos maravillosos ojos,
donde el cielo un día, eligió quedarse.

Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 8 de diciembre de 2019

SÍ, HAY QUE CUIDARLAS



Hay que cuidar a las palabras,
ellas nuestro mundo interior testimonian
—aunque a veces no lo percibamos—
reflejan con enorme precisión 
nuestra naturaleza humana.


Una palabra amorosa resarce
a quienes la vida los ha olvidado,
—y hasta puede ser la analgesia— 
cuando expresada en el momento justo
logra suturar heridas recién infligidas.


Cuidar a las palabras es un reto,
ellas pueden ser un estoque
—cuando sin sutilezas nos expresamos—
o poseer la habilidad manifiesta
para restañar las aflicciones
y acariciar, cuando arrecian vendavales.

Viviana Laura Castagno Fuentes

SUS LÁGRIMAS

            

Amo la ductilidad que posee la natura,
es sobria, aún manifestando sus tragedias.

Cuando sus pesadumbres libera,
llora mutando en cataratas de aguas,
para que imaginemos, que es una ofrenda más,
de las tantas a las que nos acostumbramos.

Pero si muy dentro de ella escudriñamos,
intuiremos sus dolores que son muchos,
eligió disfrazarlos de maravillosos dones
porque aun sufriendo, nos está enseñando.

Cada fenómeno natural que incluye al agua,
son lágrimas de la natura, mimetizadas;
un río, el mar, las cascadas, son sus pesares,
devenidos en extraordinarios 
espectáculos terrenales.

Viviana Laura Castagno Fuentes

GRACIAS A LAS LETRAS

                           


Muchas veces me pregunto: ¿Por qué escribo?
Y la respuesta no tarda en llegar,
escribo porque es un placer primero y una ingente necesidad luego.

Ya lo he expresado otras veces, amo el idioma castellano, estoy subyugada por su enorme riqueza, su ductilidad y percibo que las vocales y consonantes recorren con gran libertad cada intersticio mío.

En mi mente se gesta la magia, es allí donde comienzan las letras a inquietarse y después exigen la libertad merecida, que se disfraza de cuentos unas veces, de poesías y relatos muchas otras.

Escribir —placer y necesidad imperiosa— se funden inevitablemente, no hay manera de hallar el sitio exacto para descubrir el momento puntual de esa simbiosis.

Cuando en mi alma hay desasosiegos y no hay espacio donde asirse, ella invita con gritos silenciosos a las letras y les solicita que la liberen de la prisión en la que habita.

Bienvenidas sean estas asistentes de emergencias —las letras— se dan cita en la mente, ponen en acción sus protocolos con carácter de urgencia y me salvan la vida todo el tiempo.

Agradezco este don o esta tenue habilidad para estas cuestiones de la escritura, posibilitan que amanezca cada día y mute mis desazones en renovados bríos para volver a enamorarme de la vida.


Viviana Laura Castagno Fuentes. 


SANACIÓN

                                    
Escribir es un grito donde cohabitan el profundo silencio y la absoluta soledad.

Siento que puedo trocar un jardín mustio, con ropaje raído que despojó el invierno, en una primavera prolífica y grácil.

Puedo correr el telón de nubes amenazantes para descubrir un cielo azul profundo y desperezar a la luz de un sol balbuceante.

Es desatar los nudos que atosigan al alma, para liberarla utilizando tan solo palabras sueltas, amalgamadas en frases y también solitarias muchas veces.

Escribir es reinventarme a diario, instalar la paz, la calma,  justo allí donde yacen las tribulaciones.

Es pintar colores en los grises, secar lágrimas y pergeñar sonrisas en espacios donde el llanto dejó marcadas sus tozudas huellas.

Es sentir que puedo cautivar los sentimientos y acariciar sensibles almas aunque solo sea por un fugaz instante.

Escribir es ponerle alas al pensamiento, emanciparlo y ayudarlo a emprender el vuelo hacia ignotos universos.

Es definitivamente proponer belleza donde el mundo impone lo prosaico,  porque olvidó que para construir nuestra alma a esta vida hemos llegado.


Viviana Laura Castagno Fuentes



PINTAR LA VIDA



El pincel es su lápiz,
en su mano dúctil
interpreta como nadie
lo que exhibe la natura.


Es una escritora, una poetisa,
no utiliza letras, sino formas,
a las que disfraza hábilmente
con los más hermosos colores.


Plasma con calidez y ternura,
bocetos, apuntes mudos,
que aguardarán el instante
para mutar con solvencia
en la mejor obra de arte.


Es una pintora innata,
sin aprendizaje previo
sin talleres, ni profesores,
es su alma pura
la sutil herramienta,
que la convirtió
en tan exquisita artista.


Sus obras son demandadas
pero no piensa en valores,
su gozo es dar rienda suelta
a su mundo íntimo
que de pasiones, bulle.


Viviana Laura Castagno Fuentes

TRIBULACIONES



Tiempos de noches largas,
de miedos disfrazados
que se visten de risas
para silenciar al llanto.

Tiempos con preguntas
que claman respuestas,
gritos que navegan
aguas turbulentas.

Días que desnudan
aunque esté vestida,
cielos refulgentes
que oscuros se tornan.

Tiempos decisivos,
dolorosos, pedagógicos.
Tiempos en que la vida
y la muerte se entrecruzan.


Viviana Laura Castagno Fuentes

PRISIÓN EN EL ALMA



Vivir con prejuicios
es encarcelar a la mente,
impedir su vuelo sublime
segar sus alas para siempre.

Es soterrar a las aves
creadas para ser libres,
condenarlas a la condena
de una prisión inexplicable.

Vivir con prejuicios
es poner cerrojos prietos, 
otorgar cadena perpetua
a los dúctiles pensamientos.

La mente es creatividad siempre,
no debería asilar a los dogmas,
es caminar con pesados grilletes
que a las almas enmudecen.

Los prejuicios cancelan todo,
nos detienen cual raíz a la tierra,
nos impiden ver praderas fértiles
mutan flores bellas, por maleza tiesa.


Viviana Laura Castagno Fuentes

PROTEGIDA

       

Está recostada, plena,
sobre las páginas abiertas
de cientos de libros
que se esmeran en acunarla.

Ella se entregó confiada,
sabiendo cuánta paz hallaría
sobre sedosas páginas escritas
que su cansancio arroparían.

Se sentía una reina,
jamás imaginó que dormiría
protegida por libros ignotos,
que despertaban a almas dormidas.

Amaneció, desperezó su fino tallo,
abrió sus pétalos con suma elegancia,
desenredó sus hojas cual brazos,
esparció la más exquisita fragancia...
gestos todos para decir: ¡Muchas gracias!


Viviana Laura Castagno Fuentes