Soy tempestad
pero también calma,
soy barca sin puerto
sin ancla ni derrotero.
Soy la tierra sedienta
bajo el abrasador estío,
soy la riada impetuosa
que a esa sed sacia.
Soy la hoja desgarrada
que olvidó el otoño,
pero también soy verdores
que a la primavera anuncia.
Soy el ave sin nido
cualquier cielo es mi casa,
soy alas prestas, aun replegadas,
más no raíz a la tierra amarrada.
Soy la verdad ante todo
sin ambages, ni cortapisas,
soy un poema extraviado
buscando el amparo seguro
de las páginas de un libro.
Soy todo y soy parte,
soy la natura entera
soy la plenitud, la certeza,
aún cuando la humanidad errática
con indolencia y desdén responda.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















