no escudriñan la mera superficie
logran empotrarse justo allí
donde los sentimientos viven.
Es una mirada superlativa
—descubre la magia en todo—
cuando ruge el viento entre las ramas
puede captar hasta la música
que a las hojas con donaire mece.
Miremos con los ojos del alma,
—son tan únicos que nos mutan—
podemos presentir las aflicciones
aun cuando hay sonrisas instaladas,
pero en las profundidades...
Miremos con los ojos del alma,
—es pura, no hay estratagemas—
tiene potestades únicas
porque cuando observa el alma,
se desmoronan inexorablemente
Viviana Laura Castagno Fuentes



















