Aguardo los bríos de la noche
porque en sus pliegues
nos encontramos cada día
y a la magia reeditamos.
Confieso que me resarce
observar que en tu mirada
guardas todas las respuestas
para mis preguntas reincidentes.
Pero el reloj se apresura
minimizando el reencuentro,
estuvimos en un sueño juntas
que será un recuerdo mañana.
Refuerzo mis ilusiones a diario
porque se que puedo presentirte
y en ese instante fugaz y mágico
la sincronicidad se vuelve mutua.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Intento
escudriñar un espacio
donde mi hastío descanse.
Busco un resquicio
entre las texturas diversas
que el otoño amorosamente exhibe.
Quizás
en la gota recién desintegrada
la lluvia mimetizada lo albergue.
Tal vez se apacigüe
en las alas batientes de un colibrí
y de mí... por fin se independice.
Intento...
Viviana Laura Castagno Fuentes
Habito un universo especial
donde los imposibles no existen,
se vuelven flores las piedras
mientras el frío al calor busca.
Allí, los amaneceres comienzan
cuando la oscuridad se aposenta,
se congelan praderas fértiles
montañas ominosas se incendian.
Definitivamente hay sustento,
puedo seducir a la torpeza
deconcertar a la mentira
y degustar un café con el alba.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Busco tu sonrisa
en otros ojos, ajenos,
en un gesto inconsciente
para eludir una realidad
que continúa erosionándome.
Quizás algún día encuentre
una cauterización eficiente,
—aunque nada será igual—
porque aquel estío detuvo
tu viaje y también el mío.
Pero, la vida es insospechada,
nos demuele, nos edifica,
bebe de nuestra sed
es una eximia pedagoga
nosotros, sus eviternos alumnos.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Jamás demolería
ninguno de los puentes
que al pasado me conducen.
Ellos son la garantía
de que florecerán recuerdos
en el vergel de mi vida.
Cada nexo habilitado
enriquece mi presente
y abrevo en esa historia prolífica.
Jamás demolería
los caminos que me llevan
con los seres que estoy amando.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Admiro la irreverencia de las olas,
poseen un carácter indómito
decididas avanzan hacia la playa
en un intento de emancipación
que en la dorada arena se frustra.
Ellas son soldados en el frente
de una batalla interminable
entre la fuerza de los vientos
que con ínfulas las instiga
y luego sutilmente amaina.
Las olas y el viento, en apariencia
una unidad férrea, convincente,
en realidad están en pugna
ellas luchan por su libertad
pero exhautas y sin bríos retroceden.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Cuando observo el devenir
de las estaciones
—estás en todas ellas—
no te ausentas en ninguna
descubres un resquicio, un aval,
y por ahí te deslizas.
Posees una habilidad innata
te inmiscuyes en mis mañanas
indecisas entre el sol y la bruma,
—percibo tu abrazo camuflado—
en la fragante taza de café
que se enfría, como esperándote.
—Has sembrado amor eterno—
lo esparciste como una simiente
y está ofrendando sus frutos
como si una multiplicación fuese
porque sobre divisiones...
eras una acérrima guerrera.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Atesoro
tus miedos
en fortaleza devenidos.
Atesoro
tu sobriedad
cuando a la malicia descubrías.
Atesoro
tus manos
tan hábiles y dúctiles creando.
Atesoro
tu solvencia
para rescatar a los extraviados.
Atesoro
tu regazo
un refugio para suturar heridas.
Atesoro
tus besos y tus abrazos
en la trama de tus obras escondidos.
Atesoro
tu amor inconmensurable
que hoy sostiene mis tribulaciones.
Viviana Laura Castagno Fuentes
No me prives...
del fulgor cuando el sol despunta
plasmando su obra en el azul lienzo
como si de la mar emergiera.
No me prives...
de las bellísimas iridiscencias
que los colibríes exhiben
mientras a las corolas liban.
No me prives...
de la precariedad del invierno
cuando los fulgores secuestra
como si un prestidigitador fuese.
No me prives...
no ahora vida, no ahora,
justo cuando estoy escalando
el acantilado al que había caído.
No me prives... no ahora.
Viviana Laura Castagno Fuentes
¿Dónde está el alma?
Tu alma está
cuando nada finges
cuando eres espontánea
y a la mentira espantas.
Tu alma vive
sin límites, ni concesiones,
en los pliegues de la soledad
donde su hábitat posee.
Tu alma retoza
cuando a la niñez invitas
en dama de honor la conviertes
mientras a la adulta silencias.
Tu alma eres tú
fresca, genuina, transparente
sin argucias ni atavíos solapados
como si de cristal fueses.
¿Dónde está el alma?
Viviana Laura Castagno Fuentes
Buscaré a la poesía
donde la intuya,
puede ser en este mundo
o en otro planeta, no importa.
Buscaré a la poesía
con la misma pasión
que le incrusto
cada vez que la plasmo.
Buscaré versos distraídos
esos que de una rama penden
porque la lesionó el viento
y desgarró a sus nidos.
Buscaré también palabras
camufladas en la arena
protegiéndose tal vez
de sorpresivas riadas.
Buscaré en todas partes,
en otros cielos y crepúsculos
en las estrellas que observo
cuando la noche está clara.
Buscaré poesías, palabras, versos
si ellos permiten que los halle
porque si no hay reciprocidad
quizá, mi adiós sea la respuesta.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Llueve
con una sutil intermitencia
como pidiendo permiso.
Llueve
tranquilizando a los loros
que al silencio desafían.
Llueve
la hojarasca acumulada
está despejando el techo.
Llueve
en una tarde otoñal confusa
con una primavera incrustada.
Llueve...
Viviana Laura Castagno Fuentes
Tengo mil razones
para irme de aquí...
pero solamente
con una que justifique
mi estancia, me quedaría.
Tengo prestas mis alas,
estuve acomodando
alguna de sus plumas
que estaban quebradizas
y podrían dificultar el vuelo.
Tengo mil razones
para partir definitivamente
porque están fallando
las reciprocidades, no existen,
pero con una sola, me quedaría.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Se acomoda plácidamente la poesía,
en el límite puntual y exacto
—entre la noche y el día—
justo allí donde las sombras se funden
con las balbuceantes luces matutinas.
Y ama también ella,
mimetizarse entre las zarzamoras
cuando el calor abrasador del estío
el cambio de sus tonos acompaña
—de rojo ardiente a negro intenso—.
Y está omnipresente la dama,
en las heridas sangrantes de la tierra
cada vez que la sequía las abre,
en un gesto de obstinación parece
porque a la cita se ausentó la lluvia.
Huelga la poesía —aunque sutilmente—
en los vestigios que dejó el verano
pletórico él en frutos y verdores,
hasta que las primeras brisas otoñales
irrumpen para desbaratar las lozanías.
Vive la poesía para siempre,
en la amorosa ingenuidad de la infancia
se acomoda en las risas candorosas,
aunque las desazones del presente
se propongan —sin éxito— en clipsarlas.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Confieso
no precipitaré nada
mediré el espacio necesario
para evitar los deslaves.
Confieso
desearía estar mucho mejor
pero estoy como puedo
esforzando todos mis límites.
Confieso
es complejo el camino
aparecen óbices siempre
y hay que quitarlos del medio.
Confieso
amanezco con cielos impolutos
con brumas que lo ocultan
y con una mixtura de ambos.
Confieso
intenté de todo para eludir
a los imponderables,
—solo una duda me desvela—
quiero saber que estás bien
y que ya no sufres.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Adoro descubrir a los silencios, saben inmiscuirse entre las comas y a veces en puntos suspensivos se disfrazan porque poseen el don de sustituir a las palabras cuando fallan o sencillamente son imprescindibles.
He observado a muchos silencios mutar en un tris en las mejores respuestas sin acudir a una sola palabra, supieron utilizar el sutil arte de ignorarla y comprendí todo.
El silencio, un sustantivo que nos remite a "prudencia y respeto", pero se transforma en el más idóneo de los oradores cuando en un ruido contundente y ensordecedor sabe transformarse.
Viviana Laura Castagno Fuentes
El sendero y el vergel
están como los dejaste,
nada se alteró
hasta tus huellas
están guardadas.
La primavera trajo
nuevos bríos por supuesto
hay retoños descubriendo
la textura de sus ramas.
El nido otrora vacío
atesora ahora nuevas vidas,
los cantos modificaron el aire
y la algarabía se esparce.
Las llaves están como antes
debajo de la maceta azul
donde un malvón resiste
—por si algún día regresas—.
Tienes que saber también
el último poema lleva tu nombre
y que todo está indemne
excepto... que me habré ido.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Anticipó su llegada
estaba agazapado
debajo de las hojas mustias.
Quizás intente
dejar aterida a la poesía
y congeladas a las palabras.
Lo que no sabe él
es que las estrategias abundan
y solamente hay que convocarlas.
Aunque la impaciencia
haya socavado tu prudencia
tus fríos sabrán a mil primaveras.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Sería un acto de soberbia
absurdo e imperdonable
creer que escribimos
porque sabemos algo.
Estamos intentando
como podemos, seguir viviendo,
y aprendiendo cada día
como si fuésemos niños
en la escuela primaria.
Quizás la escritura
sea muchas veces
un silencioso grito
para pedir auxilio
porque en alguna mar
nos estamos ahogando.
Otras veces viajan
escindidos y difusos
pequeños indicios
de una tibia plenitud
junto a una felicidad
lábil e intermitente.
Viviana Laura Castagno Fuentes
