Hoy...
una fotografía familiar
desde la que sonreías
puso a prueba mi estabilidad
—la que cierta solidez tenía—
y comprendí una vez más
que nada está superado,
porque un gran dolor
me atravesó el pecho
y ahí está todavía.
¿Fracasé otra vez?
Y es en esos momentos
cuando la angustia
vuelve a expandirse
—como una enredadera—
y logra escalar hábilmente
los muros que había edificado
para evitar que una saeta
atraviese mi pecho
y la respiración me inhiba.
Hoy...
Viviana Laura Castagno Fuentes



















