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miércoles, 13 de noviembre de 2019

SOY ALMA



Estoy, aunque no me veas,
aunque se esfumen las luces
cuando los ocasos irrumpen
con sus actos magistrales
y otros brillos instalan.

Estoy, no dudes un instante,
aunque el mar se duerma
cuando a las playas desnuda
porque retira sus aguas
para regresar después,
con sus mareas.

Estoy, comprendo tus dudas,
pero búscame siempre
porque me hallarás,
allí donde la natura se manifieste,
cada vez que un avecilla cante
o donde los abetos se mecen.

Estoy, nunca me he ido,
donde haya un pétalo sediento
habrá una gota de rocío saciándolo
y ahí me sentirás
es cuestión de almas.

Búscame donde la bondad anida,
porque donde la malicia... 
nunca me hallarás.

Estoy, no me he ido,
el alma nunca se va.

Viviana Laura Castagno Fuentes

martes, 12 de noviembre de 2019

¿QUÉ HARÍAMOS?



Y si un día no muy lejano, aquí nomás,
podría ser mañana mismo -no atisbáramos luz alguna-
porque ese sol, que descontábamos por soberbia
desplegaría como cada día su espectáculo inigualable durante el alba
-no despertase- y aposentara una larga noche perpetuada.

La realidad nos abatiría, porque la oscuridad estaría eclipsando todo.

¿Qué haríamos?, me pregunto una y mil veces.
¿Qué haríamos?

Porque es una posibilidad en ciernes, día a día hay indicios,
el día no tiene veinticuatro horas, saben a doce o a once ahora,
y se ha minimizado la duración de los tiempos.

El hombre se ha ensañado contra la naturaleza,
ha diezmado todo a su paso, por voracidades ilimitadas
y no consideró las consecuencias, ni las claras advertencias,
un ambicioso proyecto inmobiliario, una represa, dinero fácil,
eran prioridades indiscutibles.

¿Por qué sería la naturaleza?

Y el día tan anunciado, los gritos de la natura ignorados,
eran una mera excusa nada más, habría sol para siempre,
para la capacidad de entendimiento de la estolidez humana.

Pero la noche no cedió paso a la luz, ahora todo es confusión,
reina el caos, miedos que desnudan aparentes calmas,
se caen las máscaras todas y nadie es lo que aparentaba,
de nuevo su majestad la natura, arrebatando la luz toda
-marcó a fuego y con contundencia- dónde está la verdadera importancia.

¿Está en ella, en el universo o en las cajas de seguridad bancarias?

Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 10 de noviembre de 2019

DEPENDIENDO DE ELLAS

   

Pocos te ven y hasta de ti huyen
cuando tu cuerpito acercas
o espantan tu sutil presencia
cuando sobre las lavandas danzas.

Pocos han tomado consciencia
de la importancia que tienes,
sería inviable la vida toda
si tú y tus congéneres desaparecieran.

Criatura única, incides sobre nosotros,
miles de flores libas por día,
para ofrendar tan exquisito producto,
mientras garantizas la propagación
de las especies vegetales, 
sin excepción alguna.

Si serás importante, 
sin ti no habría comida,
y la raza humana,
 junto a todas las especies,
tendríamos una fecha 
de caducidad irreversible.

¡Si hasta tu día mundial has merecido!

¡Y vaya si eres importante!

 Pero los humanos,
tan indolentes, tan soberbios
 y tan ignaros,
ostentan sus vacuas conquistas materiales,
mientras la vida en la tierra depende 
¡De que tú existas abejita laboriosa!

Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 6 de noviembre de 2019

LA NATURA, NUMEN PERFECTO

  

La poesía es depositaria,
casi por excelencia diría,
de palabras que atesoran 
en su seno, a la naturaleza toda.

Cuántas rosas entregadas,
al amor cuando es brasa ardiente,
cuántas lunas elegidas como testigo,
en noches de pleno romanticismo.

Cuántos no me olvides expresados,
y otras nomeolvides ofrendadas;
cuántas higueras, cipreses, olmos viejos
eternizados en bellísimos versos.

Cuántas oscuras golondrinas,
gaviotas, águilas frías, jilgueros cual dioses,
y setenta balcones sin ninguna flor,
son exquisitos referentes poéticos.

Muchas gracias a la natura,
con su  magnanimidad perenne,
embriaga a las letras con beldad única,
es una fuente inagotable para los poetas.

Viviana Laura Castagno Fuentes 

lunes, 4 de noviembre de 2019

UNO MÁS, UNA ESTADÍSTICA...

    
                
Era tan meticuloso, tan púdico,
seguía un orden, una disciplina,
que tal vez, cierta previsibilidad 
a su rutina le aseguraban.

Pero esa aparente certidumbre,
tendría una fecha de caducidad anunciada,
que no supo avizorar, aunque indicios hubo,
y una tarde de sol primaveral,
se tornó intempestivamente en noche aciaga,
y a él la vida, le cayó encima.

Pasado, presente y futuro, eran un amasijo informe.

Fueron años, desde la madrugada hasta el atardecer,
su ámbito de trabajo, fue su casa, su segundo hogar,
no supo sobre vacaciones, ni disfrutes, 
había prioridades antes, crisis económicas reiteradas,
el dinero no alcanzaba para una vida holgada,
y  las necesidades, se iban minimizando.

Esa tarde, cuando se desplomó el cielo,
veintitrés años de trabajo ininterrumpidos,
se esfumaron, se paralizó el universo,
un impersonal comunicado rezaba:
"A partir de hoy, usted ya no pertenece a esta empresa"

Y pasó a ser un desocupado, entre los miles que hay.

Tarde con sol primaveral, brisa suave, clima amable,
devenida en noche abrupta, cuando sus sueños, sus proyectos,
por cuestiones de reducción de personal, fenecieron.

Viviana Laura Castagno Fuentes


jueves, 31 de octubre de 2019

MADRE DE MI MADRE


  
-La tristeza del después-, me dijo
y ciertamente me dejó sin habla.
¿Porque, hubo otras tristezas antes
y la de ahora está estrenando entonces?

La tristeza del después
y mi mente sigue hilvanando
con hilos de fina deducción
y con una aguja de comprensión
intenta dar puntadas sin nudos
a lo que parece ser un grito de auxilio.

Porque, no es fácil la interpretación,
o tal vez, sí lo es, solo hay que mirar 
dentro, para escudriñar donde habita 
la tristeza del después.

Pero, ¿después de qué?

¿Será una tristeza aposentada 
en otra etapa de su vida
y su presente la sorprende 
con su mente aun lúcida, aun joven,
pero lidiando con limitaciones físicas?

-La tristeza del después-, me dijo.

Y heme aquí, entretejiendo la trama,
como si escribir me convirtiese
en una asistente de emergencias 
para almas con tristezas recién estrenadas
y también, con tristezas anquilosadas.

La tristeza del después.
¿Después de qué?

¿Será que los desasosiegos la habitaron 
creyó que algún día se marcharían
pero hasta su vejez invadieron
y a su vida toda eclipsaron?

Entonces, ¿es la tristeza, después de la tristeza?

Y continúo pensando, ella mira, hacia la nada misma.

Duele, acompañar a una madre en sus tramos finales,
cuando nada puedo hacer, excepto acompañarla.


Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 30 de octubre de 2019

ELIMINANDO...



Si pudiese eliminar los miedos,
seleccionando uno a uno 
con el puntero del mouse
y a la papelera de reciclaje
enviarlos, para vaciarla luego
juro que lo haría, 
sin hesitar un segundo.

Si pudiese eliminar uno a uno,
a esos impiadosos, vetustos y empecinados,
que a soterrar mi vida llegaron, eclipsando sueños;
instalaría el más potente de los antivirus,
para que los aniquile y destruya para siempre,
sin compasión ni remordimientos.

¡Qué simple sería!

Utilizar la tecnología,
para bloquear lo que nos bloquea,
extirpar de cuajo dolores, desazones,
con la sencillez de una aplicación solamente
y con solo activar "eliminar definitivamente" 
la paz logremos reinstalar y a los miedos, las angustias,
podamos enviarlos a un archivo que los destruya 
para siempre sin posibilidad alguna de recuperación.

Viviana Laura Castagno Fuentes 

EN SU UNIVERSO

         

Es un niño con universo propio,
tiene a su luna y a sus estrellas,
es diferente, ni mejor, ni peor,
es único y es genuino, porque es suyo.

Mientras regamos las flores
que en una maceta han despertado
o en un espléndido jardín se desperezan;
él riega las suyas, las que están en la pared,
esas que trepan en el empapelado 
de su amoroso dormitorio.

Cuando el sol alumbra con estridencia,
e invita a solazarse en el patio o la vereda,
elige jugar a solas con un aro que gira,
mientras observa sin decir nada.

Está feliz en su mundo,
es dueño absoluto de todo,
hasta del tiempo, posee un reloj
con las agujas detenidas,
porque no hay que exigirle nada,
a un niño que es amo, 
de un universo a su medida.

Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 27 de octubre de 2019

¿CÓMO AMIGA?

               

Si la natura no exhibiese 
su magnanimidad cada día,
si no se ofrendara con creces
con sus espectacularidades
¿Cómo podría recordarte?

Si la oscuridad de la noche 
cómodamente instalada
no cediese su espacio a las luces 
de un alba magnificente en ciernes.

Si las glicinas fragantes, racimos artísticos,
que aparentan ser vides en flores devenidas,
no treparan a una pérgola que las aguarda
para desde allí derramarse con donaire.

Porque convengamos, no logro concentrarme,
cuando atizan el bullicio vacuo, las frivolidades
o la dinámica que imprime la ciudad con sus bríos
allí me extravío amiga, me ahogo en un mar sin aguas,
y percibo que naufrago entre tantas futilidades.

Solo la naturaleza con sus dones,
es mi remanso en las turbulencias de la vida,
es el anclaje seguro para mis desazones,
es definitivamente la garante que perpetúa 
y reverdece tu recuerdo día a día.

Sino: ¿Cómo podría recordarte?


Viviana Laura Castagno Fuentes

sábado, 26 de octubre de 2019

VULNERABILIDAD



Me pregunto a diario...

¿Hacia qué lares viaja la inspiración,
cuando abruptamente abandonarme elige
y en desnudeces eternas me arropa?

¿Irá hacia las corolas fragantes,
tan espléndidas, tan bellas 
de las flores, amas del jardín
o tal vez hará compañía
a un sauce llorón y viejo?

Quién pudiese saberlo, ¿no?

Tal vez esté adormilada en una nube,
porque allí se siente cómoda, libre,
y dentro de mí, estaba encarcelada.

¿Y si está navegando en un río,
sobre un bote sin remos a la deriva
mientras las aguas mansas fluyen 
y el cielo en ellas se está mirando?

O se habrá acurrucado entre las alas
de las tantas aves que los árboles acunan
y deseará emprender con ellas su vuelo,
mientras viaja despierta o dormida.

Deberé ser más cauta, más permisiva,
no detendré sus ansias de libertad,
la inspiración es un obsequio, un don,
no me pertenece, porque su casa natural
no está en mí, sino,
en lo inconmensurable del universo.

Viviana Laura Castagno Fuentes

jueves, 24 de octubre de 2019

SOBRE LÁGRIMAS ...

 

Las lágrimas, nos desnudan,
nos exhiben humanos,
humedecen nuestra piel
justo cuando se resquebraja.

No crean, llorar no nos debilita,
—nos infunde de una fortaleza—
hasta entonces desconocida
porque aun desnudos, nos atavía.

Las lágrimas son el cauce
que ha descubierto el alma,
cuando sus desazones insoportables
por ríos lacrimógenos se escurren.

Quién sabe liberarlas sin prejuicios,
es quién desata nudos gordianos
y los ríos de lágrimas emancipadas
fluyen hacia su destino inevitable
para que en mares se conviertan.

Viviana Laura Castagno Fuentes 


miércoles, 23 de octubre de 2019

LA HUIDA

                       

Nostalgias -dijo ella- son las nostalgias,
quiero partir muy lejos, hacia otros universos,
allí tal vez ellas no logren alcanzarme
y podré reencontrar la paz que ansío.

Nostalgias, esos anhelos de lo pasado,
esa estocada artera que a la sonrisa ha petrificado
esos sentimientos que se arraigaron muy dentro,
y la insistencia en desear escapar muy lejos
como si las distancias fueran el antídoto perfecto.

Nostalgias, pensamientos renuentes y obstinados,
no desea que el pasado vuelva
-o en realidad sí desearía-
ella está huyendo del dolor que al alma ha encadenado
y en esa prisión, la morriña es su carcelera.

Y tal vez, partir hacia otros lares,
sea la cura, la terapia,
aunque, allí hacia donde pergeñó su viaje
irá también un tozudo que no sacó boleto
al que solo el tiempo -ese hábil cirujano-
logrará con suturas de horas transcurridas
cicatrizarlo, porque aun lejano, sangra todavía.

Viviana Laura Castagno Fuentes

martes, 22 de octubre de 2019

DAMA ELLA

          

Es una dama con distingo,
posee una belleza indiscutible,
es elegante cuando ríe, cuando festeja,
y es excelsa aun cuando está plañendo.

Pero tuvo épocas difíciles,
era una prostituida, casi una dama fácil,
tuvo tratamiento con displicencia tácita,
y a veces era explícita
pues no andaban con ambages.

Soy su defensora, su amistad cultivo,
la amo sin medida, sin permisos sociales,
ella es una amante perfecta, no existe otra,
gracias a la poesía, delicado sorbo literario.

Viviana Laura Castagno Fuentes

lunes, 21 de octubre de 2019

ACORDEMOS...OLVIDARNOS

                 

A veces, me convenzo —que ganó el olvido—
y siento como un éxito de la mente 
junto al alma, como si ambas acordaron
que olvidarte era lo mejor para ambas.

Pero, comienzo a pergeñar mis versos
y como por arte de magia, te apareces de nuevo.

Tu recuerdo está impoluto, mentira —no hubo olvido—
la mente y el alma fracasaron estrepitosamente
en un acuerdo sin anuencias mías, que pareció un éxito
y acabó siendo un fracaso, una artimaña sin argumentos.

Con la primera palabra —apareció tu imagen— 
y los versos se convirtieron en estalactitas,
se detuvo la magia de la escritura, huyó la inspiración
y el caos se apoderó de mí, el olvido no ganó nada.

No logré eclipsarte, era una ilusión solamente,
estás en mí como el primer día, eres un arrebato,
que capturó a mi alma y la embelesó al instante;
ahora no decido si cedo a mis sentimientos
o intento olvidarte, para que mis versos se liberen,
y dejen de ser estalactitas — que paralizan a mi poesía—.

Decide ¿Qué harás, te marchas o te quedas?

No secuestres a mis versos, los estorbas,
cada vez que apareces
sin mi consentimiento.

Acordemos por favor, hagamos las paces,
seamos recuerdos gratos —pero recuerdos—
así podré continuar con mis letras
sin eclipses, ni estalactitas.

Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 20 de octubre de 2019

LA CUNA



El barco está quieto, desvencijado,
sobre un médano que es su casa, su refugio,
los años han hecho mella, estragos casi,
sobre su frágil cuerpo de madera,
que guarda en su frondosa memoria 
recuerdos sobre épocas memorables.

Son las vicisitudes de la vida amigo,
supiste ser un gran aliado, un cómplice,
durante décadas, a la mar desafiaste,
con la hidalguía que solo los grandes tienen.

Tu presente está por pasados inundado,
tu madera de pino otrora resistente,
ha cedido a las inclemencias de la intemperie;
soles abrasadores, sales y desamparos inexplicables
te convirtieron en la amorosa cuna de dos gaviotas 
que como su regazo amparador te han elegido.

La vida es así amigo, la juventud tiene otros dones,
el tiempo genera cambios, que son constantes,
cuando eras rozagante a la mar te empujaban,
hoy, con una vejez precipitada, hasta evitable,
eres el cobijo de dos aves, que otros vigores te insuflaron.

Viviana Laura Castagno Fuentes

viernes, 18 de octubre de 2019

EL DESTIERRO

     
Desearía tener la habilidad,
esa que ostentan los jardineros,
poseer unas manos prodigiosas
para poder arrancar de cuajo 
los dolores viejos y los nuevos,
que con suma habilidad sus raíces
en mis entrañas han arraigado.

Podría quitar los anquilosados
y sembrar un sendero con gardenias,
níveos jazmines y camelias matizadas;
hacer una fiesta con colores, aromas,
e invitar a los intrusos desbaratadores
para que partan y no vuelvan.

Definitivamente, ser una jardinera
sería la mejor de las terapias,
allí donde la desazón brote
plantaré las mejores especies
y por un camino de abedules
las invitaré a partir muy lejos
mientras sello las entradas 
con bellísimas amapolas rojas
para que jamás, jamás regresen.

Viviana Laura Castagno Fuentes

SU CIELO LLORABA



Un cielo plomizo y ominoso,
no se explicaba
con argumentos científicos,
para una niña pequeña,
había otra realidad:
su amado cielo estaba triste,
por eso sus ojos estaban cerrados.

Cuando la lluvia comenzaba,
no eran nubes condensadas
que caían,
eran las lágrimas 
de su cielo entristecido,
porque los hombres 
algo malo le habían hecho.

Ella no comprendía la meteorología,
sus nubes con llanto acumulado,
debían menguar tanta desolación, 
llorando, mientras abajo todo se inundaba.

¿Cómo explicar a una niña
 lo que era la lluvia,
si estaba convencida que mucho dolor 
era la razón que la provocaba,
y no lo que la ciencia argumentaba?

Era así, su cielo tan amado,
estaba angustiado,
porque le habían hecho
un gran daño
los hombres que sobre ello saben tanto,
y ella sabía, que llorando con lágrimas intensas,
la cura de su agobio, había comenzado.

Viviana Laura Castagno Fuentes

LA HAMACA DEL PUEBLO

                                  

Mi padre era naturalmente un hombre muy habilidoso, dones tal vez heredados de su papá, mi abuelo, a quién no logré conocer, porque falleció cuando a la sazón tenía yo un año y ocho meses.

Supo mi padre hacer de nuestra infancia un verdadero deleite. Era la mayor de tres hermanos y la única mujer, por lo tanto tenía ciertas potestades aseguradas, con la anuencia y complicidad de mi adorada madre también.

Mi niñez ha sido pródiga en disfrutes con amigos del colegio, del barrio, eran juegos variados a los que se sumaban niños que pasaban en ese mágico momento por la vereda de mi casa, donde la diversión tenía su lugar garantizado.

Las rondas, la rayuela, andar en bicicleta, en monopatín o simplemente sentarnos para conversar temas de niños, eran un cita diaria y transcurría en la vereda, sobre todo en tardes primaverales o de estío, porque el sol se ocultaba mucho más tarde.

En ese espacio, la vereda, había también un lugar donde el césped era el gran protagonista y allí, casi besando la calle, estaba el garante de la mayor de las diversiones: "un esplendoroso árbol de paraíso", con su tronco leñoso, sus hojas verdes oscuras, lustrosas y sus flores violáceas con una delicada fragancia que formaba ramilletes.

Con las flores, diseñábamos collares; debíamos desprender los pétalos y dejar solamente el pistilo, por allí con la ayuda de una aguja e hilos, con extrema delicadeza, los uníamos uno a uno hasta lograr un amoroso collarcito con la generosidad de las flores más sencillas y glamorosas (debo admitir que sentía muy profundamente que las mutilaba).

Pero la magia del árbol tenía otra impronta, mi padre, había observado, que una de sus ramas, caprichosamente había crecido como un brazo extendido, bien horizontal, como invitando a jugar con ella.

¿Y qué pergeñó papá?: ¡Una hamaca!

Sí, haría una hamaca con cadenas y asiento de madera suave y brillante para nosotros los tres hermanos, pero también para ser compartida con todos los niños que por allí pasaban.

Y la construyó, envolvió a la rama generosa con tela gruesa para preservarla, para que las cadenas no la dañaran; fue uno de los tantos alborozos que tuve en mi infancia, una hamaca fabricada por papá y para ser disfrutada por todos.

Así nació una leyenda casi, la denominaron: "La hamaca del Pueblo", porque era ese su destino, su finalidad. Que cada amigo, cada niño o quién deseara sentir la brisa en su rostro cuando un envión los empujaba, disfrutara libremente y sin pedir permiso alguno.

La hamaca del pueblo fue un regalo de papá, para nosotros, pero también para todos los niños, no existían mezquindades, no sabíamos sobre ella, nuestros padres nos educaron con valores eternos que aún hoy a mis sesenta y dos años son mi guía y faro, cuando las inclemencias del afuera intentan derrumbarme viene a mi memoria la hamaca del pueblo, un símbolo sobre la solidaridad y la generosidad que mantienen viva a aquella niña.

Muchas gracias papá , tu hamaca era un juego más, pero para mí se convirtió en toda una parábola, una enseñanza sobre los valores humanos, que jamás olvidaré mientras continúe explorando este azaroso camino de la vida.

Viviana Laura Castagno Fuentes
              

jueves, 17 de octubre de 2019

CONVIVENCIA INESPERADA

           

En esta incierta y dubitativa primavera
que ostenta un despliegue artístico
con espectacularidades tantas,
hay también un invierno implícito.

Pero el invierno es un intruso,
no está invitado a la fiesta,
es un impostor, un osado
que ha prolongado su delirio
haciendo tiritar hasta a los árboles.

La dúctil primavera está extraviada,
había ataviado a sus reinas
con estridentes colores,
y ahora no sabe,
si es ella quién está ofrendando
o debe dar espacio
a un invierno tardío y obcecado.

Recapitulando entonces, 
la estación es la primavera,
el otro es un testarudo,
un renuente a irse,
son las peculiaridades de la natura
-tan especial a veces-
están conviviendo dos estaciones,
dos convivientes,
uno es un recalcitrante
la otra, una primavera desorientada.

Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 16 de octubre de 2019

PRESENCIAS AUSENTES



En mis largas noches, tan largas,
cuando la fragilidad me amuebla
se siente un hueco en el alma 
que con la nada se sacia.

Porque la ausencia es mi hechura
son muchas y tan diversas,
ausencias de quienes han partido,
pero también, de quienes aún viven.

He ido aceptando naturalmente,
las ausencias son inevitables
y atraviesan la piel sin anestesia
perforando a la incauta alma
que aun lesa, nos invita a seguir
porque no existe otra alternativa.


Viviana Laura Castagno Fuentes