Es un niño con universo propio,
tiene a su luna y a sus estrellas,
es diferente, ni mejor, ni peor,
es único y es genuino, porque es suyo.
Mientras regamos las flores
que en una maceta han despertado
o en un espléndido jardín se desperezan;
él riega las suyas, las que están en la pared,
esas que trepan en el empapelado
de su amoroso dormitorio.
Cuando el sol alumbra con estridencia,
e invita a solazarse en el patio o la vereda,
elige jugar a solas con un aro que gira,
mientras observa sin decir nada.
Está feliz en su mundo,
es dueño absoluto de todo,
hasta del tiempo, posee un reloj
con las agujas detenidas,
porque no hay que exigirle nada,
a un niño que es amo,
de un universo a su medida.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Viviana Laura Castagno Fuentes

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