Hay dolores, que por vetustos, ya son amigos casi;
pero existen otros, que en las profundidades moran,
son los dolores tercos, unos timadores profesionales,
que se apoltronaron y en la comodidad medran.
Busco emanciparlos,
invaden lugares íntimos,
que tienen a otros moradores amorosos aguardando
y por astutos, porque cómodos se sienten,
se convirtieron en usurpadores innecesarios.
Si hasta las barrancas del río manso he viajado,
intenté que desde lo alto
que tienen a otros moradores amorosos aguardando
y por astutos, porque cómodos se sienten,
se convirtieron en usurpadores innecesarios.
Si hasta las barrancas del río manso he viajado,
intenté que desde lo alto
rápido se deslicen
para que las aguas límpidas los conduzcan
hasta las arenas blancas
para que las aguas límpidas los conduzcan
hasta las arenas blancas
y allí sepultarlos.
Pero he fracasado
Pero he fracasado
fue vano el intento,
están acostumbrados a mí
están acostumbrados a mí
los invasivos
y no han comprendido todavía, por tozudos,
que a ellos
y no han comprendido todavía, por tozudos,
que a ellos
no me acostumbraré nunca.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















