Los momentos
colmados de plenitudes
que con amor atesoramos
no son lugares
ni siquiera acontecimientos
—son definitivamente personas—.
Porque sin ellas,
no existirían recuerdos
que nos recuerden
que la vida sembró
para nosotros
—con generosidad y donaire—
prolíficas primaveras
que suavizarán los embates
de todos los inviernos
que aún nos quedan.
Viviana Laura Castagno Fuentes
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