Escucha viento,
escucha por favor
tengo una petición
para hacerte:
¿Te has dado cuenta
de la ferocidad
de tu embestida
y de lo que estás
ocasionando?
Ese árbol
que hace días nomás
comenzó a despojarse
de hojas macilentas,
hospeda nidos varios
de aves preciosas
de especies diferentes.
Si tú insistes
en abrir tus fauces
y rugir como si un león
fueses,
estarás asestando
un golpe mortal
para las crías
que allí viven.
Aplaca tu ira amigo,
merma tu ferocidad
y haz las paces
con esas avecillas frágiles
que al peligro expones.
Cuando te calmes,
verás que ese árbol
es un gran útero vegetal
donde diminutas vidas
se están gestando,
pero si insistes
con tu terquedad,
en breve
solamente habrá
una amorosa especie
desnuda no solo de hojas
sino también de nidos.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















