Mientras una suave brisa
mece a las ramas lánguidas
de un esbelto sauce,
una luz nívea aparece
como si ojos escudriñadores
fuese.
Y se apaga de pronto
-se ha esfumado-
cuando todo se aquieta
y la brisa su impulso mengua,
regresa la calma
y el esbelto sauce duerme.
¿Será la imaginación
jugando a ser una eximia
prestidigitadora?
¿Y un sauce elegante
junto a una pertinaz brisa
lograron que mi luna nívea
en un instante se volatilizara?
¿Dónde estás luna mía,
dónde guardas mis preguntas
si cuando intento mirarte
un sauce dormido,
entre sus ramas,
tus respuestas ha escondido?
Viviana Laura Castagno Fuentes



















