Creí, ingenuamente,
que el café de la mañana,
o la camelia recién despertada
traerían indefectiblemente
tu recuerdo
como por arte de magia.
Pero no,
nada de ello sucedió,
mi café sabe diferente ahora,
mi jardín exhibe a otras flores,
si hasta el cielo es único
no es nuestro nexo
ni el lugar donde nos mirábamos.
¿Y sabes por qué?
Porque la vida es sabia,
da lecciones la pedagoga
sin que le pidamos siquiera
y me enseñó con contundencia
que ganó el olvido esta partida.
Estoy en otro lugar ahora,
descubriendo otros aromas
otros vergeles magníficos
con otras especies florales
y mi alma decidió
que en mi biblioteca
con recuerdos tantos
quedaras viviendo
definitivamente.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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