El bellísimo jazmín
está amorosamente
abrazado al tronco
de una araucaria
que está lidiando
con su frágil cuerpo.
Intenta brindar
un soporte férreo
para una enredadera
delicada y grácil
que nuevos aires
le está insuflando.
Su menguado follaje
abriga también un nido
de loros soliviantados
que su vida amenizan
y ahora es el amparo
de una glamorosa enredadera.
Es la naturaleza enseñando,
junto a un tronco enjuto
un jazmín irreverente
y unos loros bulliciosos,
—la vida ofrendando todo—
para el alma que sepa leerla.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















