Hay amotinamientos
generados en los presidios
por diferentes causales.
Pero también hay otros,
que tienen su génesis dentro
y las rehenes son las letras.
Se organizan en silencio
con la sutil mansedumbre
y el amor que las habita.
Están demandando todas
—la libertad solamente—
¡Cómo si fuese poca cosa!
Y el proceso se complica
—las intenciones huelgan—
pero algo faltó a la cita.
Es en ese preciso instante
—en que el motín comienza—
pugnan por ser emancipadas.
Sufren en apacible soledad,
poseen la resiliencia atenta
y una empatía que las redime.
Vendrá, la liberación vendrá,
cuando la gran ausente despierte
—porque sin inspiración—
languidece la poesía.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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