El sendero y el vergel
están como los dejaste,
nada se alteró
hasta tus huellas
están guardadas.
La primavera trajo
nuevos bríos por supuesto
hay retoños descubriendo
la textura de sus ramas.
El nido otrora vacío
atesora ahora nuevas vidas,
los cantos modificaron el aire
y la algarabía se esparce.
Las llaves están como antes
debajo de la maceta azul
donde un malvón resiste
—por si algún día regresas—.
Tienes que saber también
el último poema lleva tu nombre
y que todo está indemne
excepto... que me habré ido.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















