Cuando observo
el natural devenir
de las estaciones
—estás en todas ellas—
no te ausentas
en ninguna
descubres un resquicio
y por ahí te deslizas.
Moras en los ocres
que el versátil otoño
—con sus dones de artista—
sobre los follajes pinta
y te insinúas, en la puntualidad
de sus despojos.
¿Y qué decir
del atosigador invierno?,
aun con sus fríos gélidos
trae tu presencia grácil
que a la temperatura
logra atenuar con creces.
El verano posee otra impronta,
percibe su paz arrebatada
—los ruidos huyen del ruido—
el mar intenta escapar
cuando a sus aguas retira
de la invasión humana.
Pero, solamente la primavera
te incluye hasta en la brisa
que sabe ser suave,
pero también desapacible
cuando desnuda a las flores
esparciendo sus trajes
que en una alfombra mutan.
Estás, no ven mis ojos
pero mi alma te ve.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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