Una piedra, donde se encuentre,
es reposo del caminante,
ella aporta el espacio apropiado,
para calmar y saciar el agotamiento.
Parece inerte, una impávida,
hasta casi se diría, un objeto,
que alguien colocó allí
para que sea una servidora.
Pero, aunque nos parezca insensible,
incapaz de transmitir sentimiento,
tengo la intuición segura,
de que escucha y siente.
Es otra forma de vida,
su alma está encapsulada,
es un presidio petrificado,
esperando que alguien la quiebre,
para poder liberar sus energías eclipsadas.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















