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jueves, 28 de febrero de 2019

RECUERDOS Y ACORDES


Entonces: ¿Qué fuimos?
fuimos un pasatiempo,
o porque dejamos
pasar al tiempo, no fuimos.

¿Habrá sido esa la causa?
o fueron demasiadas, tantas,
que se nos tornó difícil
intentar salvar nuestra nave 
de un huracán, que nos sorprendió
navegando en medio del océano.

A veces, las situaciones mutan,
sin nuestro aval, sin permiso,
y debemos lidiar con circunstancias
que no tenían invitación cursada.

Nuestra casa guarda tu voz,
la escucho cada vez que hay silencio
—suenan acordes de un violín lejano—
que se resiste también a olvidar
lo que pudimos ser y no fuimos.

Viviana Laura Castagno Fuentes


                          

NIÑEZ SECUESTRADA



Ella mira, es una niña todavía,
—pero su mente creció de golpe—
cuando las acciones indolentes 
del mundo en el que habita,
cancelaron su inocencia
en un instante.

Sus planes eran risas y juegos,
compartidos con hermanos y amigos,
era ser astronauta algún día,
porque amaba expandir sus límites.

Ella estaba habitada por sueños
—que carecían de mezquindades—
las mismas que le suspendieron
la vida que deseaba disfrutar ahora.

Son las almas miserables de los hombres,
quienes en aras del poder
 y del dinero abyecto
—creen tener potestad a conculcaciones—
que minimizan la dignidad de millones.

Tal vez niña, tus sueños alcances,
cuando quienes juran ser responsables
garanticen, 
—que un día viajes en cohete—
y logres observar atónita
a otros mundos afuera
diferentes, extraños, pero mejores.

Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 27 de febrero de 2019

ROMANCE NOCTURNO


Cuando oscurece, nace un acuerdo
la luna, con la complicidad de las nubes
—cual hábiles escenógrafas— se oculta, 
y se desliza hasta el río, que la espera. 

Entonces, la magia comienza,
se acuesta sobre un manto de agua
solo desea soñar hasta que amanezca,
y una incipiente luz del alba, la despierte.

Las estrellas, mientras tanto,
diseñan una escalera
por donde subirá la luna 
luego de dormir sobre un espejo
junto a un viento que musitaba.

La luna y el río —aliados y cómplices—
sabía que ella deseaba una cuna
y él calmó a sus aguas, por una noche,
para atenuar el cansancio de su satélite. 

Viviana Laura Castagno Fuentes 
                       

PERMISOS NUESTROS


Las lágrimas son estrategias
que ha diseñado el cuerpo,
para expulsar sin hacer ruidos
dolores recién nacidos
pero también, dolores viejos.

Y hay que dejar que fluyan,
tal vez presuman ser 
gotas de rocío sobre un pétalo,
pero después se volverán ríos
y hasta océanos, si las reprimimos
por cuestiones estólidas de la cultura.

Muchas veces, ellas se quedan mudas,
en lo profundo se acumulan
y una vez allí, logran petrificarse,
cuando ahogarlas muy dentro decidimos.

Lloremos lo necesario, es un permiso,
las lágrimas son el medio elegido
para liberar a nuestra alma
de dolores recién nacidos 
—y de aquellos que por oprimidos—
se volvieron dolores viejos. 

Viviana Laura Castagno Fuentes

ÉXODOS PERPETUOS


Y uno se está yendo
todo el tiempo,
de lugares donde el alma
no está cómoda
y la plenitud está inhibida.

Y está bien hacerlo,
todos elegimos la paz
y donde no está garantizada, 
hay que desplegar las alas
y levantar el vuelo.

Habrá otros cielos esperando, 
con otros soles, otras lunas,
será distinto, no será el mismo, 
pero si estamos a gusto
allí radica el éxito.

Porque el éxito, 
no se mide con medallas, 
—anida en un huequito del alma—
y nos manifiesta siempre
cuando siente la tempestad
o la placidez de la calma.

El éxito en la vida
es la paz anhelada, 
es la mente y el alma 
—viviendo cohesionadas ambas— 
fluyendo hacia sus éxodos
las veces que sea necesario. 

Viviana Laura Castagno Fuentes
                                    

martes, 26 de febrero de 2019

DESCONFIANZA


Mi confianza en la raza humana
—languidece día a día—.

¿Y por qué debería ser diferente?
Desde que nací, hay guerras cruentas,
injusticias tantas, inequidades, mentiras, 
y la deshumanización crece sin límites. 

Cada quién cuida su espacio, 
la solidaridad se minimiza
se imponen el poder, la avaricia, 
por encima de los verdaderos valores. 

No sirven para nada los organismos
por diferentes países integrados, 
porque a la hora de la verdad
cesan las palabras, para dar paso
a las atroces voces de las metrallas.

Lo lamentable es que siempre triunfa 
la malicia por encima de la nobleza, 
se acumula el poderío en pocas manos
somos rehenes de planes perversos
y de mesiánicos que se creen elegidos.

Viviana Laura Castagno Fuentes 


                     

NO ERA AQUÍ



Tal vez, era en otro mundo,
en otros tiempos,
debió ser en el pasado
o en el futuro. 

Tal vez, debimos ser otras,
diferentes e indiferentes
—hubiese dolido menos todo—
decir adiós, sabría a un hasta luego.

Es tan difícil hallar la palabra exacta,
cuando es el alma la que se expresa
insisto, debimos ser gélidas,
al menos hoy estaríamos vivas.

Nos mató la ceguera, la ilusión,
la confianza, la certeza, la vida.
Supimos considerar lo inevitable,
pero lo inevitable, abruptamente, 
arrasó sin consideración con todo.

Viviana Laura Castagno Fuentes
          

AMAS DEL JARDÍN


El sol enceguece e ilumina
a una mata de margaritas
que de tan blancas e impolutas
—bañadas de nieve parecen—
aunque un calor irreverente
en marchitarlas intente.

Ellas están medrando
en un jardín —su casa natural—
no aguardan ser mutiladas
para ser convertidas en esclavas
de un jarrón mudo e impersonal.

Ellas buscan preservarse
y su cuerpo encorvan,
esperan que el atardecer 
traiga con sus sombras
el alivio que tanto aguardan.

Y la recompensa llega,
las últimas luces 
de un sol abrasador
—dijeron adiós, hasta mañana—
ahora se erguirán inmaculadas
cuando por gotas de rocío
sean sutilmente acariciadas. 

Viviana Laura Castagno Fuentes


                        

UN CAMBIO NECESARIO


Cuando decidió partir 
del pueblo que la vio nacer,
—supo sin hesitar siquiera—
que sería para siempre.

Su juventud deseaba cambios,
—sentía que la rutina la limitaba—
amaba su río manso, sus amaneceres,
sus crepúsculos y su luna magnificente.

Amaba el entorno natural y único
pero un vacío existencial la agobiaba,
un cambio drástico sería la cura
para una angustia que se agigantaba.

Y el día llegó, partió sin mirar atrás,
cuando se decide un cambio
hay que hacerlo con el cuerpo y el alma,
vivir escindidos, es no cambiar nada.

Hoy, casi cuatro décadas después,  
—los recuerdos son inagotable riqueza—
mutó a su mujer niña por la adulta 
que la ciudad modeló con creces
despertando dones, que dormidos vivían. 

Viviana Laura Castagno Fuentes


                           

domingo, 24 de febrero de 2019

SILENCIOS ACUMULADOS

 

¿En qué o en quién estará pensando?

Su encorvado cuerpo
parece buscar respuestas en el suelo,
mientras su mente aun lúcida
hacia otros cielos escapa.

¿Cómo saberlo?

Es muy taciturno, casi hermético,
le ha puesto grilletes 
a su vida toda y en el pasado
decidió para siempre quedar anclado.

Su espalda, carga tantas palabras
jamás expresadas y todas ellas
se le fueron acumulando, 
porta una gran mochila 
con silencios tercos y agazapados. 

¿Cómo tender una mano de ayuda
a quién no acepta ser ayudado? 

A veces, no debemos hacer nada,
solo insuflar un sesgo de confianza 
para que no perciba el abandono,
pero respetando su derecho 
a la soledad elegida.

Tal vez entre sus recuerdos
anide la causa de tanto agobio
y en su aparente mirada perdida
él posea todas las respuestas.

Las mismas que hoy
le doblaron el cuerpo y el alma
como si fuese un frágil árbol
por un temporal vencido y quebrado
que mira sin mirar, hacia la tierra.


Viviana Laura Castagno Fuentes


                            

¿NOS ACOSTUMBRAMOS?


Me acostumbré a todo
o a casi todo, diría.

A no escuchar tu voz 
mientras entonabas,
las canciones que sabías 
que a mi alma enmudecían.

Me acostumbré, aquel cielo
que mirábamos, no es el mismo,
hoy es distinto, es otro,
hasta tiene un sol extraño
y no es el nuestro te confieso.

Me acostumbré, la luna
tiene una luz diferente,
la que mirábamos
era nuestro faro,
la que hoy miro está triste, 
perdió su magia, está ausente.

Me acostumbré a casi todo,
pero, en un resquicio del alma,
aun espero, aun deseo
que se esfumen las distancias.

Me acostumbré, pero no me acostumbro.

Viviana Laura Castagno Fuentes

sábado, 23 de febrero de 2019

PERCIBE LA NIÑA



Elijo percibir al mundo,
con la mirada de mi niña eterna
porque ella no atisba la maldad,
sigue creyendo que las personas
son buenas por naturaleza
y que la vida las va mutando.

Y observa, intuye con gran sabiduría,
dónde reside la luz y dónde la sombra
y escoge siempre la vereda luminosa
para evitar los tropiezos.

Intenta comprender, que cada quién
es una galaxia entera con historias,
que esculpieron a su corazón
nutrieron a su alma, a veces con amor,
y otras con desamparo e indiferencia.

El mundo que mi niña mira, es su reflejo,
prefiere pensar que no hay malicia,
solo personas que entregan
lo que llevan dentro, no por egoístas,
sino porque la vida les privó
de lo que a otras, nos colmó con creces.

Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 20 de febrero de 2019

DESAFÍO EN SOLEDAD

 
Deseo ser una flor, una especial, 
pero no disfrutar como tantas otras, 
de la comodidad de un jardín,
que tiene a su hábitat preparado. 

Deseo ser una flor que medre 
en condiciones extremas, 
con la anuencia de la naturaleza,
que implique un desafío individual. 

No por soberbia, sino por curiosidad:
¿Cómo es florecer sobre una piedra, 
sin los pies empotrados en blanda tierra
y raíces lidiando con la resistencia?

Es un acto de osadía, de hidalguía nata, 
en la soledad absoluta, la piedra y la flor, 
ofreciendo una clase magistral, única,
de amor entregado a la superación. 

Sí, definitivamente, deseo ser esa flor, 
alegrar a una roca solitaria y gris, 
cuando mis pies en raíces devenidos,
desplieguen el instinto por sobrevivir. 

Viviana Laura Castagno Fuentes 


                                    

martes, 19 de febrero de 2019

UN LIBRO


Sí, abrir un libro implica magia,
es emprender un viaje
apasionante, impredecible,
cuando la mente y el alma 
unificarse deciden.

Cuando se nos derrumbó la vida,
y nos deslizamos por una pendiente,
un libro logra con una frase justa 
detener nuestra caída y ponernos alas. 

Cuántas situaciones difíciles
logramos superar abriendo un libro,
los dolores y aflicciones se atenúan
y regresa la paz que creíamos perdida.

Si sabremos vida, era una adolescente,
tan vulnerable, tan incauta,
una depresión eclipsó mi mundo
y lo mantuvo a oscuras mucho tiempo.

Hasta que un libro, un preciado regalo,
cautivó a mi mente, turbó a mi corazón, 
despejó nubarrones amenazantes
y un cielo diáfano hizo su aparición.

Viviana Laura Castagno Fuentes
       

LOS CAMINOS DEL ENCUENTRO



Adoro a las personas genuinas,
esas que andan a hurtadillas
—es tan sublime la luz que irradian—
que no necesitan de las estridencias.

Adoro a quienes nos hacen sentir
que podemos desdibujar límites,  
y a quienes en otro lugar del mapa
están presentes, aun ausentes.

Hay personas que nos encienden
cuando otras nos apagan, 
son seres energéticos que esparcen
sus vibraciones positivas y nos curan. 

Adoro su humildad, su sinceridad, 
aun cuando la verdad nos duela, 
es mejor estar desnudos por verdades, 
que por hipocresías ataviados. 

Son seres que los caminos de la vida
se encargan de que los encontremos
y a nosotros nos cabe la responsabilidad 
de agradecer y devolver amor al universo. 

Viviana Laura Castagno Fuentes 
                       

lunes, 18 de febrero de 2019

MUJER LAVANDERA


Mujer lavandera, la cachuela era tu casa, 
acuclillada sobre la alfombra de piedras, 
—un antojadizo regalo de la naturaleza—
las ropas de todo un pueblo lavabas.

El río brindaba sus transparentes aguas,
era el solidario amigo, el asistente, 
de un trabajo que demandaba esfuerzo,
tenía la impronta del cuerpo y del alma. 

Mujer, si sabrá tu piel curtida y áspera
—sobre mediodías y tardes abrasadoras—
fue atesorando día a día en su memoria
las simientes de tus prematuras arrugas. 

Te he conocido mujer bravía y sabia 
aliviando el trabajo de tantas personas,
—eras el sustento en tu hogar prolífico—
donde los abrazos eran tu recompensa. 

Hoy, el pueblo decidió perpetuar tu oficio,
—estás dentro de la historia tan merecida—
pero entre nosotras quedó un secreto
en el río el enjuague mimetizabas
mientras en silencio tus lágrimas enjugabas. 

Viviana Laura Castagno Fuentes 
                     

LA CASTA

  

A veces me pregunto:
¿Cuánto les importa a los políticos el bienestar de su Pueblo?

Cuando los vemos en sus campañas, son tan iguales y tan distintos, pero acaban haciendo oscuros contubernios a espaldas de los ciudadanos que en sus cargos los ungimos.

¿Aprenderán algún día que son nuestros empleados?

Los elegimos para que cumplan a rajatabla con todo lo prometido, pero se convierten en oscuros negociadores cuando deben aprobar "proyectos trascendentes para mejorar la calidad de vida de todos".

¿Son conscientes del desprestigio que sufren?

Porque convengamos subestiman a la inteligencia del ciudadano todo el tiempo, les dimos el poder con nuestros votos e imaginan que ese poder será eterno, craso error el de ellos.

No, señores políticos: los ciudadanos prestamos nuestra confianza, cuando la misma es defraudada con tanta mentira pergeñada, nosotros tenemos la potestad para decirles: ¡basta, hasta aquí llegaron!

El parlamento, debería ser la honorable cámara de diputados y senadores, pero lo convirtieron con tanta trampa e ingente montaña de mentiras - en un remedo-, en un lugar que nos produce vergüenza, porque lo construyeron para albergar hombres ilustres y hoy es un  ámbito que ampara la deshonestidad, los conciliábulos y la precariedad de tantas almas que no evolucionaron un ápice. 

Incumplen con sus deberes de funcionarios públicos, para acabar siendo ladrones de guantes blancos amparados en los fueros que les garantizan el continuar siendo impunes hasta su muerte. 

Pero todo tiene un final, llegará el día, cuando los ciudadanos decidan poner a su País en orden: ustedes "politiquillos indignos" acabarán rindiendo cuentas ante la justicia, que para todos llega.

Entonces, cuando otros ciudadanos intenten ocupar cargos y bancas parlamentarias, deberán llegar con otras actitudes, serán nuestros empleados y nosotros sus empleadores, seremos los férreos custodios del honor y la decencia.

Ese día llegará les aseguro, cuando cada ciudadano, sea también digno y honesto, comprenderá que quién roba es un ladrón, quién miente es inviable como funcionario  y quién viola la Constitución para adaptarla a sus ambiciones desmedidas, deberá tener a la cárcel como destino inevitable.

Solo es cuestión de que todos asumamos nuestras responsabilidades, los funcionarios y los ciudadanos que los elegimos.


Viviana Laura Castagno Fuentes
                  

domingo, 17 de febrero de 2019

TUS CUIDADOS



Cuida a la flor
es un obsequio, 
no mutiles a su planta
pues estás matando a su reina.

Cuida a las aves,
una jaula no es su casa
su hogar natural es el cielo
y sus alas son el instrumento.

Cuida a los ríos, a los mares,
ofrecen el agua que bebes
y los contaminas con desechos
que los envenenan poco a poco.

Cuida la vida, es un milagro,
abrir los ojos cada mañana
resume toda una alegoría, 
porque es otra oportunidad que estás recibiendo. 

Viviana Laura Castagno Fuentes
                         

sábado, 16 de febrero de 2019

MAGNÁNIMO "RÍO URUGUAY"



El río no es solo agua
que discurre por un cauce, 
es energía que fluye, 
es la naturaleza manifestando 
mientras ofrenda sus dones.

Un río nos habla, se expresa, 
a través de las sinfonías de sus aves, 
de sus olas que entonan canciones 
mientras el viento las acaricia 
y hasta sus márgenes las acompaña. 

Un río es un gran proveedor
y los pueblos saben
pues a su vera medran,
son los testigos mudos y no tanto
sobre estas maravillosas potestades. 

El río es un amigo, un confidente, 
atesora tantas historias, tanta magia,
de día invita a disfrutar de sus playas, 
de noche, arrulla a la luna cómplice 
que sobre sus aguas mansas, duerme.

 Viviana Laura Castagno Fuentes 


NO QUISIMOS


No quisimos ser. 

A nuestra historia
le sobraron excusas, 
la mató la mentira
porque no hubo interés.

No quisimos ser. 

Buscamos culpables afuera,
eran los mares, las montañas,
las distancias o el cielo ominoso
pero en nuestras entrañas anidaba.

No quisimos ser. 

Había que esperar meses primero, 
luego sería un año o dos tal vez
—trampas que elegimos tender—
artilugios disfrazados de timidez. 

No quisimos ser.

El tiempo con sabiduría habló,
fuimos rehenes de una ilusión
que feneció de endeblez 
porque a la cita —faltó el amor—.

Fue la vida, explotó un planeta, 
no decidimos, no pudimos, 
llegamos tarde a la estación
o tal vez de siglo nos confundimos.

¿O no quisimos ser?


Viviana Laura Castagno Fuentes