Cada uno de nosotros,
posee una historia
sobre amores, desamores,
ilusiones mutiladas,
sueños rotos,
proyectos inalcanzables
pero también los plasmados.
Cada uno de nosotros,
sintió la felicidad de a ratos,
-esa esquiva con intermitencias-
que posee la sutil habilidad
para alejarse cuando nos acercamos.
Cada uno de nosotros,
creyó que la vejez
era un tema de los otros
y si no era nuestro entonces
¿para qué preocuparse?
Éramos niños mirando el presente
-porque nuestro pasado era exiguo-
y el futuro nos esperaba
algún día, en algún lugar
con nuestra adultez consolidada
o tal vez aun dubitativa.
Cada uno de nosotros, atesora,
lo que pudo enhebrar en el alma,
algunas son preciosas etapas,
otras tienen momentos ominosos,
pero son la mixtura eterna
que la vida nos impondrá
a todos, sin excepción alguna,
mientras continuemos el viaje.



















