Amiga, extraño tu voz,
eran canciones nuestros diálogos
había música en tus entrañas
y eras dueña de una bella melodía.
Extraño a nuestro cielo
tan inconmensurable y diáfano,
hoy, aunque esté pintado de azul,
lo miro y lo veo gris te confieso.
Extraño los silencios
decían tanto, era cuestión
de escucharlos solamente,
porque expresaban todo
y las palabras eran innecesarias.

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