El robusto sauce
desnudó su cuerpo
y sus hojas muertas
en alfombra se convirtieron.
¿Qué estará sintiendo
cuando exhibe sus ramas
y su esbelto tronco
en la intemperie absoluta?
¿Y por qué se despojó
en esta época,
cuando los fríos intensos
lo asedian sin miramiento?
¿Pero justo ahora,
cuando el invierno atiza
y la implacable nevizca cae
a su follaje emancipa?
Lo recibió desnudo,
y su otrora atavío
está por doquier diseminado
convertido en una
crujiente y amorosa alfombra.
Sabrá la natura,
responder mis inquietudes
porque es quién posee
toda la sabiduría, toda,
sabiduría que a mí... me falta.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















